Cala Blanca, protagonista de episodios de coloración del agua por microalgas. | Josep Bagur Gomila

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Un estudio ha analizado la calidad del agua de playas y calas de la Isla utilizando como bioindicador la presencia de algas de la familia de la Cystoseira. Los resultados del informe «Evaluación de la calidad del agua de las calas de Menorca», coordinado por el Observatorio Socioambiental de Menorca con la colaboración de Fundación Marilles y la Agencia Menorca Reserva de Biosfera, revelan que el impacto en la calidad del agua ha sido mayor en las calas y playas del sur en los últimos 15 años. El número de especies y su abundancia es superior en las calas del norte, donde las concentraciones de nutrientes en el agua son bajas.

Factores como que el agua esté limpia y sea de calidad son beneficios para la supervivencia del alga. Por lo contrario, el exceso de coliformes, metales pesados u otros contaminantes como la depuración de aguas residuales y la excesiva presión humana contribuyen a su desaparición. Condiciones como la sobrepesca, sobrepastoreo por herbívoros, introducción de especies invasoras, la contaminación química, aumento de turbidez y el cambio climático podrían ser otras de las causas de su disminución.

El estudio consiste en una comparación sobre el estado del mar entre 2005 y 2020 en 103 playas y calas, de las cuales se recogen aquí unos ejemplos.

CALA EN BUSQUETS. No existe este tipo de alga. Se ha detectado un aumento de concentración de nitratos de procedencia agrícola, aunque no puede descartarse la posibilidad de vertidos al mar ya que hay presencia de fosfatos.

NORTE PUERTO DE MAÓ. Hay más presencia y abundancia de esta alga y han emergido nuevas especies, algo que resulta «sorprendente» para los científicos ya que es una de las zonas más alteradas de la Isla. La restauración en Cala Teulera en 2011 y la disminución de metales pesados por el dragado de lodos contaminados del puerto en 2014 podrían ser algunas de las causas.

SON PARC. Aumenta la abundancia de todas las especies existentes en 2005 y aparecen algunas nuevas, gracias a la disminución de concentración de nutrientes por la mejora de la depuración de las aguas residuales. Que estas se destinen al riego del campo de golf o que la zona húmeda que hay detrás de la cala actúe de filtro reteniendo nutrientes antes de que lleguen al mar puede ser determinante.

BINIMEL·LÀ. Presenta una mayor abundancia de estas algas. Esto puede ser debido a la reducción de nutrientes concentrados en el mar porque llega una menor cantidad de agua dulce de la zona húmeda, por la disminución de lluvias.

LA VALL. Todas las especies disminuyen su abundancia. Los científicos no reconocen el origen de este efecto, ya que a pesar de que hay un incremento de nitratos en las aguas, no parece ser suficiente. No se descarta el vertido procedente de la gran afluencia de barcos que visitan la cala. Se trata de un lugar que sufre episodios de aguas que adquieren un tono verdoso, que podrían proceder de un elevado aporte de nutrientes de forma puntual que provienen de la actividades agrícolas de la zona.

CALA MORELL.Unas especies han disminuido y otras aumentado, viéndose más favorecidas las algas que se adaptan a aguas calmadas. Se observa además una disminución de la concentración de nitratos y amonio entre 2005 y 2020.

SANTANDRIA. Hay solo dos especies de la familia de la Cystoseira y en muy baja abundancia. De hecho, se ha visto la sustitución de una especie por otra del mismo género, más resistente a las perturbaciones, que podría deberse al empeoramiento de la calidad del agua por la concentración de nitratos.

CALA BLANCA. Es protagonista de numerosos episodios de aguas verdes con cierres periódicos al baño durante el verano. Aquí los nitratos aumentan de «forma espectacular» de 1 a 54 μmol/litro en 15 años. Al ir acompañado de valores bajos de fosfatos y amonio, la contaminación del agua estaría relacionada con la actividad agrícola.

CALA EN PORTER. No hay presencia de este tipo de algas al tratarse de una cala urbana, con baja renovación del agua y que presenta episodios de agua teñida por microalgas. Debe tenerse en cuenta también que no presenta una morfología propicia para la Cystoseira. Aquí llegan aguas residuales de la población de Alaior y de la urbanización. Pero una disminución de la concentración de nutrientes puede que indique una mejora de la depuración de aguas, ya que se construyeron depuradoras en Cala en Porter y Alaior y algunas viviendas de la urbanización se conectaron a la red de saneamiento, eliminando así vertidos al mar.

El apunte

Los fertilizantes agrícolas, causa de la desaparición de la alga ‘Cystoseira’

Una de las conclusiones del estudio es que uno de los factores que han provocado la desaparición de esta especie en playas y calas de la Isla sería el excesivo uso de fertilizantes en la agricultura, que llegan al mar a través de los acuíferos provocando una elevada concentración de nitratos en las aguas.

También el cambio climático ha mostrado sus efectos. Concretamente, las especies propias de ambientes expuestos se han sustituido por las propias de ambientes calmados. Algo que los científicos del estudio atribuyen a la subida de temperaturas, el aumento del nivel del mar, así como a la reducción de las precìpitaciones.