Dispone de cinco puntos de recarga semirrápida de vehículos eléctricos | Josep Bagur Gomila

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A las diez de la mañana de este martes empezaron a entrar vehículos en el aparcamiento público del Camí de Ses Vinyes de Maó. Un total de 117 plazas (antes había 113) que se llenaron en pocos minutos ante la sorpresa de los usuarios en una zona en la que, aseguran, siempre es difícil encontrar sitio para aparcar. De esta forma, abría el primer aparcamiento fotovoltaico de Maó pero sin fecha para que las cinco pérgolas empiecen a generar energía.

Desde el Ayuntamiento justifican esta demora por los protocolos de la conexión entre la instalación y la red eléctrica para que la energía sea transferida a los equipamientos municipales que se beneficiarán de esta. Según el concejal de Recursos y Sostenibilidad de Maó, Rafa Muñoz, se trata de un retraso «habitual» en este tipo de instalaciones. Por un lado, en la próxima semana debe ejecutarse una obra civil que consiste en hacer dos acequias para pasar el cableado hasta los postes de electricidad.

Por último, quedará pendiente que la compañía distribuidora, Endesa, supervise la conexión. Por todo esto, el Consistorio espera poder poner en funcionamiento la instalación en un plazo entre uno y tres meses.

Las placas solares, con capacidad para generar 315.000 kW/hora al año, lo que equivale    la demanda energética anual de 90 familias, darán suministro a los cinco puntos de recarga semirrápida de vehículos eléctricos y autoconsumo compartido. Algunos son  los colegios CEIP Mare de Déu de Gràcia, CEIP Sa Graduada, CEIP Mateu Fontirroig o la Escoleta Es Busquerets así como la pista de atletismo, el local de la Associació de Veïns del Camí de Ses Vinyes, el polideportivo o la Casa de les Aigües, entre otros.

Estaba previsto que el aparcamiento se abriera hace unas semanas, pero el Ayuntamiento se topó con otro retraso, el del suministro de la barra metálica que regula la altura de vehículos en los dos accesos. Se trata de un elemento imprescindible ya que garantiza la seguridad de las pérgolas que están a poco más de dos metros del nivel del suelo, por lo cual no se permite la entrada de furgonetas y camiones que superen los 2,10 metros de altura.

El parking del Camí de Ses Vinyes crea precedente. El Ayuntamiento quiere reproducir este sistema en otros puntos como el aparcamiento de Francesc Femenies, el del Pavelló Bintalfa, o el de los institutos Cap de Llevant y Pascual Calbó.