El estado actual de las obras deja entrever esta infraestructura antigua que actualmente no tiene suficiente capacidad y está deteriorada.  | Josep Bagur Gomila

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Las obras de las calles Sor Àgueda y Marquès d’Albranca de Ciutadella marchan según lo previsto y finalizarán, si todo sigue como ahora, en poco más de tres meses. Entre los puntos de actuación del proyecto, está la sustitución de las infraestructuras antiguas de colectores de aguas pluviales por nuevas tuberías de hormigón prefabricado.

Según explican desde el Área de Mantenimiento del Ayuntamiento de Ciutadella, en buena parte del centro histórico del municipio existen este tipo de estructuras para canalizar el agua de lluvia, hechas de marés y que funcionan desde hace unos cuarenta años.

Las canalizaciones han envejecido, están deterioradas, y no disponen de suficiente capacidad para asumir los volúmenes actuales de agua y, por tanto, han quedado obsoletas. Concretamente, explican desde el Consistorio que cuando llueve estas tuberías pueden llegar a estar al 70 por ciento de su capacidad.

De hecho, muchas de las conexiones de aguas residuales de Ciutadella están en mal estado lo que provoca que en ocasiones, en determinados puntos de la red, las aguas sucias se mezclen con las pluviales. De esta forma, parte de las residuales acaban evacuadas dentro del Canal Salat, que es el punto natural por donde se eliminan las aguas que provienen de la lluvia.

Desde que se iniciaron las obras a mediados de febrero, el tráfico en la Contramurada, principal arteria de circulación en el casco urbano, está restringida a un solo carril.