Decenas de refugiados, la gran mayoría mujeres y niños, en una escuela transformada en centro de acogida en Polonia | Isaac J. Martí­n

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La generosidad y las ganas de ayudar a los ucranianos que huyen de la guerra pisa el acelerador en Menorca. Los refugiados han empezado a llegar, el número es incierto porque lo han hecho a través de familias con las que ya tenían algún contacto: conocidos, familiares, amigos, amigos de amigos y hogares que con anterioridad ya habían acogido niños durante los veranos y que ahora los alojan con sus madres y algún hermano. Los que llegan y están por llegar lo hacen de momento por la vía del arraigo, de estas redes tejidas por los ciudadanos, sobre todo sus propios compatriotas que residen en Menorca. «Tenemos constancia de que ya hay refugiados en la Isla pero todos son por vínculos, se han ubicado ellos mismos, pero si no tienen dónde estar les daremos alojamiento», asegura Bàrbara Torrent, consellera de Bienestar Social, aunque ni el Consell «ni otra Administración está elaborando una lista de posibles familias de acogida, lo que se hace es ofrecer espacios públicos, como el piso con siete plazas que está listo y hoy mismo podría recibir refugiados», puntualiza. Otra cosa es que lleguen a través del programa estatal, al que se han ofrecido esas plazas disponibles.

Por su parte, el colectivo de ucranianos que ha tomado la iniciativa en esta crisis humanitaria tiene ahora mismo más de 30 familias dispuestas a acoger refugiados en la Isla. De momento el viaje hasta Rumanía para traer personas ucranianas no se ha realizado, a la espera de tener candidatos idóneos. «La mayoría de los que están en la frontera no quieren irse tan lejos, han dejado a sus padres, hermanos y maridos luchando en Ucrania y quieren estar cerca por si acaso», explica Daria Iegorova. Los voluntarios sobre el terreno buscan en Polonia, Eslovenia y Rumanía personas con el perfil adecuado para venir, las furgonetas están preparadas y sus posibles hogares aquí, también.

Menores

La acogida de menores no acompañados es un tema complejo. «Estamos recibiendo muchas llamadas para acoger niños», informa Torrent, quien añade que a Menorca «no ha llegado ninguno solo, todos lo han hecho con familiares». No hay un procedimiento específico para acoger a niños ucranianos no acompañados, pero se explora la posibilidad de establecer programas como los que hasta ahora han permitido venir a pequeños saharauis o de Chernobyl, solos pero con la autorización de sus padres o de quien ostenta la patria potestad. El Ministerio de Asuntos Sociales trabaja en un borrador de una norma en ese sentido y ha pedido opinión a las autonomías y también al Consell, «sería una vía extraordinaria», declara la consellera. De momento existe el procedimiento general para acoger menores que no tienen a sus progenitores. En cualquier caso las familias deben pasar una valoración psicológica y social «para ver si esa familia está capacitada para acoger», recalca la consellera. Además tienen que recibir una formación y después entran en una bolsa de familias de acogida.

Protección temporal

Desde el pasado jueves los desplazados de Ucrania en España pueden solicitar la protección temporal, ya que el Gobierno ha puesto en marcha este mecanismo cumpliendo la directiva de la Unión Europea. Eso supone tener un permiso de residencia de un año ampliable a tres, la posibilidad de trabajar y una serie de derechos asociados a la figura de protección temporal como son el acceso a la educación, la sanidad, la asistencia social o de otro tipo, y medios de subsistencia. La consellera de Bienestar Social afirma que los refugiados pueden dirigirse a los centros de orientación a la inmigración (OFIM) en Maó y Ciutadella para recibir apoyo y regularizar su situación.