Gerard Vilalonga, este martes, prometiendo el cargo de administrador diocesano, en Cal Bisbe. | Gemma Andreu

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El vicario general de Menorca, Gerard Villalonga Hellín (Maó, 1958), ha sido elegido administrador de la Diócesis de Menorca por el Colegio de Consultores. Desempeñará las funciones que le asigna el Código de Derecho Canónico durante la actual etapa de sede vacante y hasta el nombramiento del nuevo obispo.

Gerard Villalonga ya ejerció como administrador diocesano de Menorca desde septiembre de 2015, cuando el obispo Salvador Giménez Valls fue trasladado a la Diócesis de Lleida, hasta enero de 2017, cuando fue ordenado y tomó posesión Francesc Conesa.

El Colegio de Consultores, que desempeña las funciones de consejo de gobierno de la Diócesis y comisión permanente del Consejo Presbiteral, se ha reunido esta mañana en Cal Bisbe para elegir al administrador diocesano que regirá la Iglesia de Menorca mientras se encuentre en sede vacante.

Después de la toma de posesión de Francesc Conesa como nuevo obispo de Solsona, que tuvo lugar este pasado en la Catedral de esta Diócesis catalana, el nuncio en España, Bernardito Auza, comunicó que no será nombrado administrador apostólico, por lo que corresponde al Colegio de Consultores designar a un administrador diocesano.

El decano de este organismo, Joan Febrer, al ser el más antiguo en ordenación de los seis presbíteros que integran, ha convocado la reunión. Integran el Colegio de Consultores el vicario general, Gerard Villalonga; Joan Febrer, Bosco Faner, Llorenç Sales, Joan Miquel Sastre y Bosco Martí.

Tras la elección, Gerard Villalonga, licenciado en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, ha realizado la profesión de fe y el juramento de fidelidad previstos en el Código de Derecho Canónico.