Hasta ahora todo el que ingresaba, por cualquier dolencia, en el hospital era descartado como positivo por covid-19. «No subía nadie a planta sin comprobarlo», afirma Claudio Triay, quien ve prematuro suprimir las pruebas con carácter general | Gemma Andreu

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El nuevo plan de vigilancia de la covid-19 entró este lunes en vigor sobre el papel, pero no en los centros de salud, que todavía necesitan días para adaptar sus circuitos. El Hospital Mateu Orfila también continuó practicando pruebas para descartar positivos a los pacientes que ingresan. Las PCR, con el cambio de estrategia, se reservan a los casos graves de covid-19 que requieren hospitalización, pero no para leves o asintomáticos, que pueden acudir a urgencias o ingresar en el hospital por otras patologías o por un accidente, sin saber que son positivos por coronavirus.

El sindicato médico Simebal teme que esto provoque un aumento de las infecciones intrahospitalarias y que afecte a usuarios y a sanitarios.    Su delegado en Menorca, el médico Claudio Triay, cree que el cambio de estrategia se debe, una vez más, a la política y no a la epidemiología, «esa es mi sensación», asegura, «la tasa de positividad todavía es muy alta y no se va a hacer rastreo, es cerrar los ojos y que sea lo que Dios quiera», añade, en alusión a los nuevos protocolos.

En la práctica quedan muchas dudas por resolver todavía. La dirección de Atención Primaria prepara para esta semana una sesión formativa con los equipos sanitarios para despejar esa incertidumbre y explicar los nuevos protocolos, que ya están actualizados en la intranet.Mientras tanto, las estructuras se mantienen como antes, señalaron ayer desde el Área de Salud.

A primera hora de la mañana de este lunes algunos médicos de familia aseguraban no tener instrucciones claras y por lo tanto, mantenían los tests de antígenos rutinarios y la separación de pacientes respiratorios de otras dolencias en las salas de espera.

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Otros se temen que habrá un aumento de trabajo en las consultas en el momento en que las bajas laborales ya no se autotramiten y las tengan que dar los médicos de cabecera según la clínica del paciente.

La covid-19 circula y la incidencia acumulada a 14 días sigue siendo alta, este lunes se situaba en 570,9 casos por cada cien mil habitantes en Menorca, cuando hace exactamente un año, el 27 de marzo de 2021, esa incidencia era de 36,6 casos. De ahí la preocupación del sindicato médico. «Banalizarlo ahora de esta manera no me parece bien, es poco serio», apunta Triay, quien añade que si llega un paciente cansado, con fiebre, dolor de cabeza e incluso disnea (falta de aire o dificultad para respirar), todos ellos síntomas leves de covid-19, «el test no está indicado, ¿les mandaremos a casa sin un resultado y sin saber, ni ellos ni nosotros, lo que tienen?», se pregunta.

La incertidumbre, una constante ya en la pandemia, era la sensación predominante este lunes en los sanitarios consultados. «De momento estamos un poco perdidos y preocupados», admitía Triay, «la palabra gripalización nos aterroriza, no sé por qué no han esperado un par de meses más, si lo que quieren es salvar la Semana Santa pueden subir las hospitalizaciones y poner en riesgo el verano», reflexiona. Lo cierto es que la estrategia recién estrenada supone desmontar o congelar las estructuras armadas para afrontar la pandemia.

Otro brote en un geriátrico

En el geriátrico de Ferreries se han detectado cuatro positivos de covid-19, todos ellos pasan la enfermedad con síntomas leves por ahora. El jueves sanitarios de la UVAC acudirán a realizar pruebas a todos los residentes y la planta afectada se cierra a las visitas; los familiares ya han sido informados de la situación y desde el centro se les realizarán videollamadas para que puedan contactar con los mayores.