Una clienta recibe un vaso de agua del grifo en un bar. Los restauradores avisan de que el agua no es de buena calidad | Josep Bagur Gomila

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Primero fue la pandemia, luego los costes de la energía y ahora el agua. Los restauradores deberán ofrecerla gratis y del grifo cuando el cliente lo pida, de acuerdo con la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, y no es que les parezca mal, es que afirman que en Menorca el agua suministrada por las redes municipales «es imbebible».

«Creo que no va a haber muchos clientes que la pidan y si lo hacen habrá que darles la del personal, es lo que se hace ahora, porque la del grifo no se la beben ni los trabajadores», afirmó este miércoles José Bosch, presidente de la Asociación de Hostelería y Restauración de Menorca de la patronal CAEB. Del mismo modo Antoni Sansaloni, presidente de la Asociación Menorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes de la federación PIME, opina que «si la piden gratis nosotros se la damos, pero si tienen quejas tendrán que ir al ayuntamiento que es el que la proporciona».

La normativa es estatal, entró en vigor el pasado lunes 11 de abril y la obligación de servir agua del grifo si los clientes lo desean busca reducir las botellas de un solo uso y con ello el plástico. Los restauradores menorquines creen que la ley no diferencia la realidad y la problemática del agua en las distintas comunidades autónomas. «No es lo mismo en regiones del norte, donde el agua del grifo es buena, que en el Levante o Balears, no tenemos esa calidad», apunta Sansaloni, quien añade sobre la reducción de envases que «nosotros hace mucho que usamos vidrio retornable y para los refrescos trabajamos con una empresa local que rellena los envases». Apela asimismo a la responsabilidad de los clientes que no depositan los envases en los contenedores de reciclaje o que los dejan tirados, sobre todo en zonas turísticas, «todos debemos contribuir y tomar conciencia», añade, no solo los hosteleros.

Para José Bosch, la nueva ley supone «frenar la capacidad de negocio de los establecimientos, y cada día los costes no superan». Recalca el portavoz de los restauradores de CAEB que «los restaurantes tenemos agua mineral para vender porque la del grifo no es buena, si la ley obliga y los clientes la piden la daremos pero tendremos que avisarles», y añade que no está de acuerdo «en absoluto» con este papel que tendrán que hacer de cara al consumidor. «Que nos hagan pasar todo tipo de controles sanitarios me parece bien, pero que la Administración, y me da igual si son los ayuntamientos o el Consell, nos proporcione agua imbebible o que es potable por los pelos, cuya calidad está rozando en algunos casos la legalidad, me parece mal», asegura este empresario.