El lavatorio de pies, en la ceremonia de este jueves en la Catedral | Gemma Andreu

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La liturgia de la Semana Santa ha continuado este, Jueves Santo, con la conmemoración de la última cena de Jesús en la Catedral de Menorca, después de la Misa Crismal celebrada este miércoles en la que fueron bendecidos los santos óleos para los catecúmenos y la unción de los enfermos; y los presbíteros de la Diócesis renovaron sus promesas sacerdotales.

Con los oficios del Jueves Santo, denominado «Día del amor fraterno», finaliza la Cuaresma y empieza el Triduo Pascual que culminará el Domingo de Pascua de Resurrección después del Viernes Santo -dedicado a la muerte y entierro de Jesús- y la vigilia del Sábado Santo.

Durante esta jornada la Iglesia católica conmemora la institución de la Eucaristía en la última cena y el lavatorio de los pies realizado por Jesús a los doce apóstoles.

En la Catedral de Menorca el obispo emérito Joan Piris ha presidido la Eucaristía. En Maó, por su parte, tuvo lugar la Processó del Silenci, que arrancó desde la iglesia de Sant Josep.

Piris Frígola aceptó la invitación del Colegio de Consultores, que le transmitió el administrador diocesano, Gerard Villalonga, para desplazarse a Menorca durante esta Semana Santa el encontrarse la Diócesis en situación de sede vacante por el traslado del obispo Francesc Conesa a Solsona.

Dos gestos proféticos

En la homilía, el prelado manifestó: «Jesús sabe que se aproxima el momento de su muerte; y que sus discípulos sufrirán una dura prueba al ver a su maestro condenado por blasfemo y como rebelde político. Por ello, quiere animarlos a continuar viviendo y proclamando su proyecto. Ahora quiere ratificar esta promesa y les señala el camino a seguir. Y lo hace mediante dos gestos proféticos que relata San Juan: una comida de despedida –la última cena-- y el lavatorio de los pies».

El obispo Piris ha presidido la celebración | Gemma Andreu
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«Estos dos gestos –prosiguió Piris Frígola-- resumen el espíritu y el estilo que siempre animó la actuación de Jesús, confirmada con su muerte, aceptada por y con amor: ha sido hombre enteramente para los demás; ha compartido todo lo que era y tenía, no para dominar ni para conseguir prestigio, sino para servir por amor hasta entregar su propia vida, sufriendo el desprecio y el destino de las víctimas».

El obispo emérito de Menorca y de Lleida subrayo que «Jesús manifiesta abiertamente el deseo de que sus seguidores recreemos el espíritu de su conducta en nuestra vida. Indica a los discípulos que ellos también han de dejarse animar por el mismo amor que le condujo a el hacerse servidor; porque la vida del cristiano ha de ser una sucesión de servicios para el bien del prójimo, como hizo el».

Tradición de la Iglesia

El obispo Piris explicó en su homilía que «la tradición de la Iglesia situa en esta jornada la institución de la Eucaristía, el sacerdocio ministerial y el mandamiento del amor fraterno». Señaló que «será siempre lamentable que los cristianos celebremos la Eucaristía como un rito religioso, buscando únicamente nuestra salvación, olvidando la recomendación de Jesús en la última cena: ‘haced esto que es mi memorial’».

Concluyó Joan Piris: «como Cristo sigue vivo y sigue actuando en la Eucaristía, hay que dejarse modelar por el en la adoración eucarística, dejarse broncear por el sol de la Eucaristía, tomar baños de sol eucarístico. Necesitamos estar con el con tiempo y paciencia, porque el bronceado no es cosa de un momento. Y como dice Santa Teresa de Jesús: si no se sabe estar con el, aguantar al menos que el esté contigo».

Viernes Santo

Los oficios de Semana Santa continuarán en Menorca el Viernes Santo, en el que se conmemora la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret. La Iglesia Católica ordena a los fieles guardar ayuno y abstinencia como penitencia.

Este día no se celebra la Eucaristía, como el Sábado Santo. En su lugar, tiene lugar la «Liturgia de la Pasión del Señor». Sacerdotes y diáconos visten ornamentos rojos, en recuerdo de la sangre derramada por Jesucristo en la cruz. Los obispos participan en esta celebración sin báculo y despojados de su anillo pastoral.

Procesión del Santo Entierro

Esta año vuelven a celebrarse las procesiones del Santo Entierro, que se habían suspendido estos dos últimos años por las restricciones para impedir la propagación de la pandemia del coronavirus. Las cofradías y hermandades de Menorca han vuelto a organizar estas tradicionales expresiones de piedad y religiosidad popular fuera de los templos, que empezaron con el Domingo de Ramo.