Se siguen dando pasos, aunque pequeños, para reducir la contaminación de la central. | Gemma Andreu

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Endesa ha recibido finalmente el visto bueno del Ministerio para la Transición Ecológica a su solicitud de modificación del combustible en la central de Maó, que dejará de utilizar para siempre fueloil, el combustible más contaminante, para basar su producción exclusivamente en gasoil, más refinado y por ende ligeramente menos nocivo para el medio ambiente.

Tras una espera de cinco meses, los que han pasado desde que la empresa solicitara formalmente el cambio de combustible, y tras una negociación sobre la retribución de los costes asociados al paso a gasoil, el Ministerio ha dado finalmente el visto bueno a la última propuesta de Endesa, pero la modificación del cambio de combustible no será inmediata.

Fuentes de la compañía explicaban ayer a este diario que ahora hay que hacer adaptaciones técnicas de un tanque (limpiarlo y adecuarlo para que deje de contener fuel y pase a abastecer gasoil), además de algunos trámites administrativos. Desde la empresa no quieren dar un plazo cerrado para que se haga efectivo el cambio de carburante, pero estiman una demora aproximada de alrededor de tres meses.

Cabe recordar que la solicitud de cambio de combustible, formalizada por la compañía el pasado mes de noviembre, vino motivada por la aprobación por parte del Govern de una nueva Autorización Ambiental Integrada (AAI) para la central de Maó.

En ella el Govern imponía a la eléctrica una reducción drástica de las horas máximas de funcionamiento de los tres motores que funcionan con fueloil, a 500 horas anuales –unas tres semanas– cada uno, cuando venían operando alrededor de 8.000 horas.

La eléctrica de matriz italiana encontró así la motivación justificada para solicitar que esos motores pasen a funcionar con gasoil, con el objetivo de que las horas de uso de los viejos motores pueda triplicarse hasta las 1.500 horas anuales.

El Govern dio por hecho que, al aprobar la nueva autorización ambiental de la térmica a finales del mes de septiembre, esa reducción drástica que recogía en el uso de fueloil era de aplicación inmediata, pero este diario reveló que el consumo de fuel por parte de la térmica no se había reducido, ni mucho menos.

De hecho, sigue siendo el combustible más utilizado en la central. Sin ir más lejos, en el mes de marzo, el último con estadísticas, el 54,8 por ciento de la generación de la central se ha nutrido de fueloil. En otros meses esa preponderancia del combustible más contaminante ha sido incluso mayor. El pasado mes de diciembre, ya con la nueva Autorización Ambiental Integrada, el uso de fuel representó el 72 por ciento de la generación de electricidad en la planta de Endesa en el Cós Nou del puerto de Maó.

Y es que Endesa aclaró que no bastaba con la autorización ambiental del Govern, sino que requería de autorización del Ministerio. Además ya no para esa reducción drástica de uso, sino para la total eliminación del fuel. A su vez el Ministerio estaba pendiente de informe del operador del sistema, Red Eléctrica, encargada de velar por la garantía de suministro. Finalmente, seis meses después, esa autorización ha llegado, aunque ahora habrá que esperar unos tres meses más para que se aplique.

El fin del fuel en la central es un paso histórico, aunque muy pequeño para los objetivos de descarbonización. El gasoil también es un combustible muy contaminante y los tres motores que dejarán de usar fuel, los grupos más antiguos de la central, amortizados en 2016, seguirán siendo más contaminantes que las cinco turbinas que ya usan gasoil. Tanto la empresa, como el Ministerio evalúan futuras actuaciones de transformación de la planta. Se conocen al menos dos alternativas que la compañía ha puesto sobre la mesa, la gasificación (para que use gas natural llegado en barcos), o el hidrógeno verde (que también llegaría por una cadena logística marítima).