La zona de crecimiento en la que se ubicarán las VPO. | Gemma Andreu

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Inestabilidad laboral, pérdida de poder adquisitivo, escasa capacidad de ahorro y mayor rigidez bancaria a la hora de conceder hipotecas. Es el cóctel de gusto amargo que la actual tesitura socioeconómica ofrece en general a a la población joven que pretende emanciparse. El problema de acceso a la primera vivienda se complica todavía más en localidades con escasez de suelo y una fuerte demanda de propiedades de uso vacacional. Es el caso de Fornells, donde el alto precio de las propiedades está empujando a las nuevas familias a abandonar la zona y arraigarse en otras más asequibles de la Isla.

La gentrificación, el proceso por el que residentes en una zona se ven expulsados por la transformación turística de un espacio urbano, es un término que se ha puesto de moda en los últimos años y que, aunque con sus propias especificidades, ya se ha convertido en una realidad en núcleos urbanos tradicionales con un creciente enfoque hacia el alquiler turístico y las segundas residencias.

«La población joven y con menos recursos tiene muchas dificultades para emanciparse y, atraídos por la gran oferta de precios bajos que hay en Es Mercadal, se están marchando», explica el forneller Valentí Roca, director de la Inmobiliaria Roca. Esta situación, que no es novedosa pero se está agravando en los últimos meses, se ve favorecida por la «enorme estacionalidad de Fornells», explica el alcalde de Es Mercadal, Francesc Ametller, quien destaca el atractivo turístico del pueblo y su apuesta por el alquiler turístico. Cabe recordar que «lo pidieron ellos» cuando inicialmente quedaron excluidos de la zonificación para permitir nuevas licencias.

La realidad es que se cuentan como excepciones las viviendas con suficiente espacio para una familia que bajen de los 350.000 euros en una zona en la que el crecimiento urbanístico previsto ya se ha agotado y que –a la espera de que se construyan once viviendas de alquiler social–, las nuevas promociones resultan desalentadoras para los bolsillos más modestos, más todavía en la actual situación de incertidumbre económica.

Valga como ejemplo la promoción de viviendas que se ha puesto a la venta en el Carrer des Pujol de Fornells, el famoso mamotreto a la entrada del pueblo del que se hizo cargo la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), después de que la crisis dejara a a medio construir once chalés de los 29 adosados de la promoción.

441.000 euros es el precio de todos esos chalés de cuatro alturas con tres habitaciones, dos baños, garaje incluido. Las propiedades son atractivas pero están lejos de la posibilidades de buena parte de la población: «La segundas residencias las ocupan en Fornells cada vez gente más adinerada, las casas van a parar a manos de gente que las puede pagar y eso eleva el precio», explica Roca, quien también resalta la escasez de suelo en comparación con otros lugares como Es Mercadal.

«Fornells tiene un suelo muy limitado, el espacio de crecimiento está agotado y supongo que esto los inversores lo ven también», explica Ametller, quien señala los esfuerzos que hace el Consistorio porque «entendemos que Fornells es pueblo y debe seguir siéndolo». No obstante apunta también a otra vertiente de esta situación: «Muchas veces se critica el alto precio de las viviendas, pero quienes venden suelen ser de Fornells, los precios los ponen ellos y no lo venden más barato, ni a gente de aquí». Como consecuencia asegura también que «el poder adquisitivo de los fornellers ha subido, pero el contrapunto es que también habrá jóvenes que tendrán que ir a viviendas sociales». Para la entrega de llaves de las once –en régimen de alquiler–, que    en breve se comenzarán a construir por primera vez en el pueblo habrá que esperar hasta finales de 2023.