Recreación virtual del aerogenerador en forma de árbol que produce energía renovable .

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No es la primera vez que alumnos del instituto Maria Àngels Cardona de Ciutadella son distinguidos en el certamen para jóvenes emprendedores que organiza el Govern (antes Icape ahora Iemprènjove) a través del Institut d’Innovació Empresarial (IDI), pero sí se estrenan este año en lo más alto, con un primer premio y además, un accésit.

«Eològic» es el proyecto que ha sido escogido como el mejor en la categoría de Formación Profesional de Grado Medio y Superior, una idea de negocio y creación de empresa para generar energía limpia y de bajo impacto visual. Sus autores son Erin Pérez, Youssra Hammami, Maria Sampol y Miguel Ángel Serrano, estudiantes de segundo curso de Gestión Administrativa de Grado Medio.

Como todos los trabajos seleccionados, debe encajar con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y tener viabilidad. Los creadores de «Eologic» han tomado como punto de partida la escalada en el precio de la electricidad y han diseñado una empresa instaladora de aerogeneradores cuya principal curiosidad es que se integran en el entorno sin dificultad, gracias a que simulan ser árboles, bien de una altura de 10 metros, para instalarlos en calles y parques, o en un formato más pequeño, para que puedan generar energía en las azoteas de los edificios.

En las ramas se disponen turbinas que imitan la forma de las hojas y que, expuestas al viento, rotan para que la energía mecánica se transforme en electricidad. Así lo explican los propios alumnos en el video que dio a conocer el instituto cuando quedaron entre los finalistas. La energía renovable se puede almacenar en baterías y las turbinas, en este ingenioso proyecto, están fabricadas con impresoras 3D y son de plástico reciclado. Perfectos para complejos urbanísticos, hoteles y para aligerar la factura de la luz de los alumbrados públicos, aseguran los estudiantes en la presentación, en la que recalcan que el resultado es un generador de energía limpia «sostenible y moderno», sin impacto visual –en comparación con los enormes molinos eólicos­–, «por su aspecto natural». El proyecto de estos jóvenes cumple con el objetivo de reducir la contaminación y además ayudar a afrontar a los consumidores los elevados precios de la energía; además, la fabricación de los aparatos usa en un 80 por ciento materiales provenientes del reciclaje.

Cabe tener en cuenta que el concurso, además de motivar e incentivar a los estudiantes para la creación de empresas, tiene un enfoque medioambiental y también de fomentar el cooperativismo, explica la profesora Caterina Moll, que imparte la asignatura Empresa en el aula dentro del grado de Gestión Administrativa. En sus clases se estudia cómo gestionar una empresa ya creada y también a pensar y desarrollar ideas que pueden convertirse en empresas, siempre orientadas a los objetivos de sostenibilidad de la Agenda 2030.

Este ha sido el quinto año que alumnos del instituto se han presentado al concurso de emprendeduría joven; en el desarrollo de los proyectos los estudiantes cuentan con el apoyo de sus profesores pero también, señala Moll, la Conselleria de Educación y la de Transición Energética delGovern, impulsoras del certamen, aportan material didáctico «y una asesora que vino al instituto a hacer un taller».

La docente muestra su satisfacción porque este año han resultado premiados dos grupos, ocho alumnos en total. Los participantes tuvieron que competir con 42 proyectos empresariales de los 96 desarrollados durante todo el curso académico en el programa.