Un camarero de un establecimiento de Maó atendiendo a unos clientes.

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El presidente de la asociación de Hostelería y Restauración de la CAEB, José Bosch, ha reconocido las buenas previsiones de cara a la temporada turística, pero ha lamentado los elevados precios para alquilar una vivienda para el personal.

«La mayoría de restaurantes en urbanizaciones ya están abiertos, aunque no todos tienen los clientes que se esperaban. Estamos animados y las expectativas son buenas, con ilusión, pero con el problema para encontrar una vivienda con precio razonable para los trabajadores que deberían llegar a la isla. Necesitamos mano de obra externa», ha denunciado este lunes.

En cuanto al proyecto de creación de la escuela de hostelería en Ciutadella, el presidente de la asociación se ha mostrado resignado: «por el momento solo vemos viajes de políticos para arriba y para abajo, pero sin resultados. Todo son promesas y las obras siguen sin iniciarse».

Por otro lado, Bosch ha explicado las consecuencias de la invasión de Rusia en el sector restaurador de la isla. «Tarde o temprano los empresarios deberán repercutir el encarecimiento del transporte al cliente. Aceites y harinas y derivados han subido, además de la inestabilidad porque nadie te cierra un precio y da miedo que se aprovechen. Hay algunos proveedores que avisan que podría haber problemas de abastecimiento en julio», ha avisado.

En referencia a la vuelta de las fiestas patronales tras dos años canceladas a causa de la crisis sanitaria de la covid-19, Bosch considera que la administración debe controlar la afluencia de visitantes.

«Lo que ha sucedido los últimos años no puede volver a repetirse y si vienen refuerzos policiales que lo hagan dos días antes, no el mismo día. También es vital controlar la venta ambulante de bebidas alcohólicas y estar atento a los jóvenes que salen del supermercado cargados de botellas», ha señalado.