Carol Marquès, con uno de los planos técnicos de Sa Tanca | M. J. U.

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«Lo que se tiene que hacer para acabar Sa Tanca es una obra muy grande para un pueblo muy pequeño», resume la alcaldesa de Sant Lluís, Carol Marqués, cuando prevé la empresa por delante. Por eso no duda en afirmar que «este no será un proyecto de gobierno ni de una legislatura, sino que va más allá», señala dando a entender que pasarán años hasta que el edificio esté en funcionamiento una vez se haya concluido y definidos sus usos.

Bajo esa perspectiva la primera edil revela que su hoja de ruta pasa fundamentalmente por «ir poco a poco y haciéndolo con tranquilidad». Cualquier paso que se dé en adelante ha de estar bien pensado en su concepción y en su financiación. Como dijo en su día, tras la compra de Sa Tanca a la sociedad Coral Home, «esta operación no ha de hipotecar el futuro de Sant Lluís sino impulsarlo para crecer a partir del consenso de los grupos políticos y de una idea muy bien razonada».

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Recuerda Marqués que la compra de Sa Tanca «ha sido lo más fácil», además de resultar «una bicoca», en referencia al coste de 2,1 millones, que se han afrontado con fondos de la ecotasa, en su mayor parte, y la ayuda del Consell que aportó 400.000 euros, mientras que el Ayuntamiento solo ha tenido que invertir 43.000 euros. En cambio, obtener los recursos para acabar el edificio y darle uso «será lo más complejo».

Sostiene Marqués que empezar por concluir el aparcamiento de la segunda planta subterránea es, aparentemente, «lo más sencillo porque ya estaba contemplado en el proyecto inicial».
En cuanto al uso que tendrá el edificio, lo definirá la opinión de los lluïssers y el consenso entre los grupos políticos. «Sa Tanca es completamente municipal», recuerda la alcaldesa, por lo que con toda seguridad albergará dependencias municipales, además de otro tipo de actividades que saldrán del proceso participativo.