Imagen de avarcas de la última campaña promocional del Consell, para promocionar este calzado original | CIME

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Dicen que si te copian es que has encontrado un modelo de éxito y si te critican es que no saben cómo copiarte. Hace años que el sector menorquín del calzado es consciente de que las abarcas han tenido éxito y cada año aparecen nuevos ejemplos de que la competencia globalizada conoce perfectamente el camino para copiarlas, si no en la calidad, sí en el diseño, y a un coste de producción mucho más barato y precios que se asemejan a las originales. El último ejemplo lo ofrece la multinacional española Mango, que ha sacado una línea de «sandalias» claramente ‘inspiradas’ en las abarcas menorquinas.

Ya hace tiempo que las abarcas dieron el salto del campo menorquín a los escaparates de marcas de lujo y ahora las multinacionales las han trasladado a los talleres de fabricación de países lejanos. Es el caso que nos ocupa, denunciado por las redes sociales a falta de ninguna herramienta más para frenar la globalización de las abarcas. Mango ha puesto a la venta tres modelos de abarcas menorquinas fabricadas en la India y con un coste que ha llamado la atención, 25,99 euros, un precio muy similar a las que se fabrican en la Isla con el sello ‘Avarca de Menorca’.

Ese distintivo fue lanzado en 2010 por el Consell insular y más allá de convertirse en una garantía de calidad, no ha funcionado a la hora de frenar ni las copias de diseño, ni la utilización del gentilicio «menorquinas» cuando no está fabricada en la Isla. «Al final el modelo es de uso público», explica Carlos Truyol, vicepresidente de la Asociación de Fabricantes de Calzado de Menorca y director general de Ria Menorca, quien recuerda que hace unos años –en 2015– el Consell se opuso a la solicitud del registro de la marca Menorquinas Popa por una empresa alicantina. Sin embargo, la Oficina Española de Patentes rechazó el recurso. Poco después ocurrió lo mismo con una marca alemana. En ambos casos el Consell perdió la vía administrativa y descartó acudir a los tribunales: «Se tenía que haber luchado, pero el Consell no quiso meterse en pleitos», lamenta Truyol, quien defiende la promoción de la Isla que hace el sector desde hace muchos años.

«Es muy difícil luchar contra eso», explica Miquel Pascual, gerente de Avarcas Mibo, quien lamenta que no se hayan podido patentar. Anima a la gente a fijarse en el sello ‘Avarca de Menorca’ y a los fabricantes a seguir trabajando por «la diferenciación con un producto de calidad». Relata el caso particular de su empresa, que ha contratado a un abogado después de que una empresa registrara el nombre Mybo (igual pero con i griega): «Perdimos, es una pérdida de tiempo y dinero».

También hay grandes marcas o multinacionales textiles que alcanzan acuerdos con fabricantes menorquines. El último caso ha sido Zara, colaborando con Ria Menorca para sacar un producto de nivel (70 euros), una fórmula que el sector aplaude por la difusión que se consigue: «Hacen que más gente se fije en el producto». En el otro lado de la balanza están las abarcas que se exponen en los mercadillos, también de Menorca, con productos de mala calidad a un precio de 12 o 13 euros. En cuanto al apellido «menorquinas», poco se puede hacer, más allá de preferirlo a otros como «ibicencas» o «mallorquinas» que ya directamente niegan que las abarcas son genuinamente de Menorca.