La central térmica de Maó sustituye el fuel por el gasoil con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes. | David Arquimbau Sintes

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La niebla de humo amarillo que, a menudo, solía cubrir el puerto de Maó ya forma parte del pasado. La central térmica del municipio ha dejado de quemar fuel tras la conversión y el cambio de los últimos tres motores que todavía utilizaban dicho combustible. Con esta acción, la planta avanza en la reducción de las emisiones contaminantes y en la transición energética con el objetivo de alcanzar su descarbonización total en 2040.

«Nuestra intención es que, para ese año, hayamos conseguido un sistema eléctrico completamente descarbonizado que se base en las energías renovables», aseguró ayer el director general de Endesa en Balears, Martí Ribas, en un acto celebrado en la misma central térmica. A este evento, también acudieron el vicepresidente del Govern y conseller de Transición Energética, Juan Pedro Yllanes, el conseller de Medio Ambiente y Reserva de Biosfera del Consell, Josep Juaneda, y el alcalde de Maó, Héctor Pons, entre otras autoridades.

A partir de ahora, los tres motores que aún empleaban fuel (BW1, BW2 i BW3), de 13,6 MW cada uno y una potencia total de 40,8 MW, funcionarán un máximo de 1.500 horas anuales con gasoil y tendrán una producción total estimada de 62 GWh cada año. Con este cambio de combustible, la central dejará de consumir 55.000 toneladas de fuel cada año y reducirá un 88 por ciento las emisiones de dióxido de azufre a la atmósfera.

En este sentido, el vicepresidente Juan Pedro Yllanes destacó que «este paso hacia la transición energética mejorará la calidad del aire en Menorca y, concretamente, en Maó, así como también la calidad de vida de la ciudadanía».

Para llevar a cabo esta conversión, además de la adaptación de los propios motores, se está reconvirtiendo uno de los depósitos de fuel a gasóleo y se prevé remodelar el otro para almacenar agua desmineralizada destinada a las actuales turbinas de gas, una medida que también permitirá reducir de manera muy significativa las emisiones de dióxido de nitrógeno de estos grupos de generación.

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Este esquema de funcionamiento se plantea, entonces, como una etapa transitoria hasta alcanzar el objetivo de la plena producción con energías renovables. Esto es porque, a pesar de que el fuel —uno de los combustibles fósiles más sucios y de mayor riesgo que existen— ha pasado a la historia, el gasoil sigue siendo un combustible muy contaminante.

«Aunque estamos muy satisfechos con este avance, debemos seguir con los objetivos marcados en la Estrategia Menorca 2030, que establece que, para 2030, el 85 por ciento de la demanda eléctrica se cubra con energía de origen renovable», explicó el conseller de Medio Ambiente y Reserva de Biosfera del Consell, Josep Juaneda.

En esta misma línea, el alcalde de Maó, Héctor Pons, afirmó que «esta acción es un paso hacia adelante en un camino que debe continuar con el compromiso que tenemos todos con el medio ambiente y con la salud de la ciudadanía menorquina y, particularmente, maonesa».

Precisamente, Endesa recoge el objetivo de cero emisiones y, por este motivo, trabaja en la reducción de contaminantes atmosféricos en sus instalaciones, entre ellas, la del puerto de Maó. «El objetivo es abandonar los combustibles fósiles y apostar por las fuentes de energía renovable», apuntó el director general de Endesa en Baleares, Martí Ribas.

Añadió que la transición total a las energías limpias será «difícil» porque «todavía hay muchos sectores que demandan combustibles fósiles» y porque «es fundamental desarrollar el almacenamiento de la energía generada para mantenerla guardada y liberarla cuando se produzca una demanda del mercado».