José Antonio Vidal es jefe de estudios de la Unidad Docente. En la imagen, en el centro de salud Verge del Toro. | Gemma Andreu

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Es el nuevo presidente del Colegio de Médicos en Menorca tras ganar las elecciones celebradas el pasado mayo. José Antonio Vidal Ruiz (Algeciras, 1975) es uno de esos médicos residentes que llegó a la Isla para cursar la especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria, licenciado por la Universidad de Sevilla, y decidió quedarse. De eso han pasado ya 22 años y ahora, además de ser jefe de estudios de la Unidad Docente Multiprofesional, que este año ha recibido seis nuevos MIR, también coordina las unidades de atención al coronavirus y emprende una nueva etapa al frente de la entidad colegial.

¿Cuántos médicos residentes deciden quedarse?
—Desde el año 2014 se está quedando casi un 70 por ciento pero la cifra varía. Este año se quedan los seis, pero luego a veces se acaba yendo alguno porque son de otra comunidad y hay mucha oferta. El porcentaje de los que se quedan es alto, vienen de la facultad y su primer contacto con formación y trabajo es aquí en la isla. El periodo MIR tienen estabilidad, son cuatro años, y cuando acaban valoran quedarse. En 2023 la oferta será para ocho médicos residentes.

Faltan profesionales sanitarios ¿qué acciones se pueden realizar para atraerlos?
—Hay que visibilizar la inversión realizada para formar a ese profesional y conseguir que tenga la estabilidad suficiente para no estar peregrinando contratos. No puede ser que un profesional, que ya tiene el MIR y es necesario para el sistema, decida marcharse por falta de estabilidad, y eso se consigue con oposiciones. Pero esa estabilidad, como ocurre con otros funcionarios, debe ser previa, no que pasen 15 o 20 años encadenando contratos de interino para luego encima tener que competir con personas que llevan tres. Ahora mismo hay trabajo para todos, es extraño ver que faltan profesionales y luego cueste estabilizarlos.

El Gobierno ha aprobado el nuevo estatuto para los sanitarios y las comunidades tendrán que convocar plazas. ¿Como valora ese proceso?
—Lo veo correcto, todo funcionario empieza con su oposición y su plaza, aunque en sanidad sea más complejo. Tengo esperanza en el proceso para estabilizar sanitarios pero tiene que ser ágil. Es muy importante esa gran estabilización y que luego, como mínimo cada dos años, haya oposiciones y que se resuelvan con agilidad. El problema es que se consiguen profesionales, se les hace un contrato y tienen que estar esperando a que salga la oposición con la incertidumbre de si van a ganar la plaza o no. Hay que recordar la insularidad y que para instalarse aquí lo tienen que pensar bien, no es tan fácil hacerlo para seis meses, con el problema añadido de la vivienda, que antes se daba en Eivissa y ahora ya lo vivimos en Menorca.

¿Disponen de recursos para ayudarles en el alojamiento?
—El problema de la vivienda es complicado pero el Colegio sí dispone de dos pisos de alquiler para los colegiados, están en nuestra página web y representan una ventaja si quieren recurrir a ellos unos días o una semana. Cualquier colegiado de España puede optar a ellos. Los ofrecemos asimismo para ponentes que se trasladan a la Isla para ofrecer algún tipo de formación, de ese modo podemos abaratar el coste de las formaciones.

Uno de sus objetivos al optar a presidir el Colegio era aumentar esa formación presencial ¿algún evento próximo?
—En septiembre está la Escola de Salut Pública y a finales de ese mes, del 30 de septiembre al 1 de octubre, se organiza también en el Llatzeret el SIAP, un programa de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, en el que ya tenemos más de cien inscritos. Es una formación para Primaria y este año está centrada en la atención al final de la vida. Ahora todavía estamos preparando la programación de formación presencial para otoño,

En el Día de la Profesión Médica algunos veteranos comentaron que la profesión médica ya no se valora en su justa medida. ¿La vocación es una trampa, puede facilitar el abuso laboral?
—En medicina si no tienes vocación es complicado, déjalo; el problema, y más con la pandemia, es que como tienes ese impulso de solucionar problemas y visitar a tus pacientes, estás viendo 20 o 30 diarios pero necesitas ver 50 pues llega un momento en que eso desgasta. En estos últimos años todos los profesionales sanitarios están dando el 200 por ciento, pero uno pensaba que la pandemia duraría menos y dar el 200 por cien tanto tiempo cuando ves que lo que se necesita son más profesionales... Creo que un contrato estable y el reconocimiento de la profesión son importantes, unido a esa anunciada estabilización de un gran volumen de sanitarios. A los profesionales se les deben dar las herramientas para poder ejercer bien, dar el 200 % no puede ser algo crónico.

¿La sanidad pública pasa un momento crucial?
—Ahora mismo está en un momento importantísimo. Las nuevas generaciones que se están formando deben ver que no están sometidos a una tensión continua, de presión. Nuestra profesión no puede ser ajena al estrés, pero que no se cronifique. Se están buscando soluciones como este proceso de estabilización pero insisto, debe ser muy ágil. Porque en procesos anteriores cuando finalizaban ya tenías otra bolsa de personas que no habían logrado plaza, es lo que pasó hace 10 años y en la oposición de 2018.

Mencionaba el sobreesfuerzo de la pandemia. Desde su experiencia en las UVAC ¿cómo evoluciona la covid-19?
—Ahora la parte más importante es la atención al vulnerable. El virus se adapta y nosotros también nos adaptamos. La mayoría de la población vulnerable tiene ya las tres dosis de la vacuna, y lo que sí estamos viendo es que la clínica es leve, no está produciendo el colapso sanitario como en olas anteriores en medicina interna y UCI, que paraban el hospital. Pero como genera cuadros de infección respiratoria leve también en gente joven, eso sí está colapsando la Atención Primaria. Ahora se unen los dos factores, el déficit de profesionales y los trabajadores que llevan dos años al 200 por ciento, por ello se intentan reforzar los centros de salud y las urgencias.

Atención Primaria es de nuevo el dique que frena otra ola.
—Sí, porque estos pacientes tienen síntomas como para pedir la baja y hay que atenderlos en Primaria, siempre tiene que acabar en un médico de familia y es un gran volumen de personas a las que hay que atender.