Una barca de pequeña eslora amarrada en zona de ‘bono baño’, dentro de la bahía | Josep Bagur Gomila

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Muchos vecinos de Fornells recuerdan los tiempos en los que atravesaban la bahía con la barca para merendar y darse un baño en las calas frente al pueblo, como la de Cabra-celada y S’Arenalet, de manera totalmente gratuita. Cuando se delimitaron para evitar que las embarcaciones a motor llegaran a la arena, muchos optaban por echar el ancla fuera de la zona balizada, pero este mes Ports Illes Balears ha instalado unas boyas en las que amarrarse, previo pago por horas, una tasa llamada de bono baño. Esto se debe a que estas aguas están en zona de pradera regular, según el decreto balear de conservación de la posidonia.

El cobro del ‘bono baño’ ha exasperado a los usuarios de náutica recreativa, principalmente de barcas de pequeña eslora, que abonan 4 euros por 4 o 5 horas para poder usar dichas boyas y que ven restringida su actividad lúdica; una vez más este verano se sienten maltratados por la Administración autonómica. «Ahora además de pagar por el amarre y la gasolina más cara de España, resulta que para darse un baño en las calas del interior de la bahía los residentes tienen que pagar un peaje», critica uno de los empresarios del sector en Fornells. El núcleo costero de Es Mercadal está viviendo uno de sus veranos más calientes y no es por la ola de calor, sino por el descontento de residentes y veraneantes, entre las obras en tierra y la reordenación en el mar.

Ports Illes Balears es desde este año responsable de gestionar los campos de boyas que se instalan en las praderas submarinas de posidonia en las zonas declaradas LIC (Lugares de Importancia Comunitaria), campos que hasta la fecha gestionaba la Conselleria de Medio Ambiente.

A principios de este mes Ports instaló boyas en el centro de la bahía y esta misma semana hizo lo mismo en los alrededores de las calas de Cabra-celada y Es Pou de Sa Bufereta (S’Arenalet). Se trata de boyas con anclajes ecológicos para no dañar las praderas submarinas.

Tarifas

Ports IB explica que todas estas boyas son gestionadas por la empresa CBA, que ya se encargaba de ello el año pasado. La tarifa en estas calas es la que corresponde al citado ‘bono baño’, que incorpora un descuento del 75 por ciento; esto representa el pago de 4 euros más IVA, aproximadamente, para un tiempo de uso reducido, que puede oscilar entre cuatro y cinco horas.

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Como las boyas instaladas son insuficientes para la elevada demanda existente, un paseo en barco por las aguas de la bahía basta para confirmar que los barcos siguen echando el ancla donde en teoría no se puede, debido a la existencia de la podisonia oceánica y también de otra planta fanerógama marina, la seba o algueró (Cymodocea nodosa), presente en la Reserva Marina del Norte y en la bahía de Fornells.

Tanto los empresarios de náutica y los usuarios de sus servicios, como los particulares que tienen una barca y, por último, los pescadores, coinciden en señalar que al final «no está nada claro qué puedes hacer y qué no», y en la práctica el resultado es que se fondea de manera irregular «con elementos de todo tipo», también ilegales como pueden ser ‘muertos’ de hormigón.

El cobro de la tarifa de baños en las boyas rojas afecta más a los propietarios de barcas pequeñas, ya que quienes tienen yates de gran eslora, cuando el viento y el mar lo permiten, salen a navegar, de ahí el enfado de los residentes. Además de la sorpresa de ser requeridos de la tasa en el propio barco –en caso de no haber reservado vía internet–, por parte de los patrones de los campos de boyas, hay quejas asimismo por el trato recibido

«Tengo un barco en Fornells desde hace 30 años, ayer amarré mi barco de 7,5 metros a una boya roja, no hay aviso de la necesidad de reservar o pagar las nuevas boyas», relata un afectado, «un hombre en una lancha, que se mostró agresivo, exigió el pago por usar la boya, quería unos 4 euros por 4 horas e insistió en que le pagara en efectivo». El navegante no tenía efectivo en ese momento y remitió su queja a Ports IB, que se disculpó por el trato del operario y remitió a las condiciones de reserva y uso de los campos de boyas que el organismo tiene en su página web.

Ports confirmó ayer que hasta ahora los patrones encargados de los campos, de la empresa CBA, no disponían de Terminales de Punto de Venta (TPV) pero que estos dispositivos ya han llegado. A lo largo de la semana se distribuirán por los campos que controla Ports y eso ya permitirá a los que hagan uso de las boyas rojas pagar con tarjeta bancaria. La zambullida gratuita de antaño en las calas de la bahía ha llegado a su fin.

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