Punto de recarga de vehículos eléctricos en el polideportivo de Maó | Paco Sturla

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El sector del alquiler de coches denuncia que la infraestructura de puntos de recarga para vehículos eléctricos no está preparada para el salto que la administración quiere –y obliga– a dar en la movilidad ‘verde’. Forzados por la Ley de Cambio Climático a ir introduciendo este tipo de vehículos a medida que renueven sus flotas (para este año el seis por ciento de las nuevas adquisiciones), las empresas están sirviendo de test para comprobar la viabilidad de este tipo de movilidad en los primeros compases de la transición energética. Y las conclusiones son negativas.

La escasez de puntos de recarga, que deja zonas turísticas sin apenas cobertura y que en los cascos urbanos están en muchas ocasiones ocupados, así como la poca fiabilidad sobre su funcionamiento e información telemática de disponibilidad, hacen que los clientes estén rechazando el alquiler de coches eléctricos y llevan a los propios empresarios a no recomendarlos a no ser que el turista disponga durante su estancia de un lugar garantizado de recarga, básicamente viviendas unifamiliares aisladas, chalés.

Baja demanda

«Nosotros les pedimos a los clientes si tienen una casa en la que lo puedan recargar. Si es así, no hay problema, pero en caso contrario, les recomendamos que mejor que no los alquilen», explica Antoni Masferrer, gerente de Owners Cars, quien deja claro que «la red no está preparada» y que considera que «falta mucha trabajo» para que este tipo de movilidad sea fiable, algo que entiende que depende de una cuestión de «voluntad y ganas» por parte de la administración.

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Por su parte, José Luis Valls, de la empresa Autos Valls, lamenta que el Govern «nos obliga a comprar coches eléctricos, que son mucho más caros, y los clientes no los quieren» por los mismos motivos más arriba apuntados: la escasez de puntos de recarga y su poca fiabilidad. Considera que, en la actual situación de la infraestructura, la movilidad eléctrica no es atractiva para los turistas: «La gente viene aquí de vacaciones, no a preocuparse de si podrá recargar el coche». Mientras tanto, a pesar de esa baja demanda que denuncian, las empresas tienen que seguir sumando vehículos eléctricos a su flota.

Cada año irá aumentando la exigencia y en 2030 ya el 15 por ciento de los coches de ‘rent a car’ deben ser eléctricos. A estas alturas, en 2022, deben serlo el 1,8 por ciento y según revelan desde la Dirección General de Energía y Cambio Climático del Govern por el momento la mayoría de empresas «en el cómputo global no están cumpliendo» con esos cupos mínimos. Es algo que consideran «comprensible» teniendo en cuenta los dos años de pandemia y la escasa renovación de la flota que han llevado a cabo las empresas del sector. Sin embargo, el director general de Energía, Pep Malagrava, advierte de que este año, en que ya se ha recuperado la actividad en este y otros sectores turísticos, van a velar por el cumplimiento de lo que marca una ley que, recuerda, «fue aprobada en 2019, hace tres años, no ayer».

Transporte discrecional

No solo el sector del alquiler sin conductor está suspendiendo la experiencia con los vehículos eléctricos. El punto de vista de las empresas que trasladan a turistas, el llamado sector del transporte discrecional, revela incluso más problemas por la cantidad de desplazamientos y kilómetros que tienen que hacer. Lo explica José Maria Camps, de Central de Autocares. «Tenemos tres minibuses eléctricos y nos encontramos que hay pocos puntos de recarga, no funcionan o están ocupados. La infraestructura para la movilidad eléctrica es muy pero que muy deficitaria». Considera que se tendrían que haber doblado ya los puntos de recarga y que en una sola aplicación se debería poder encontrar su ubicación y disponibilidad de forma fiable e incluyendo puntos públicos y privados.

Ofrece multitud de ejemplos de zonas demandadas por los clientes en las que apenas hay cargadores que funcionen o estén disponibles y las consecuentes dificultades para planificar esos viajes. Además, subraya que no se subvencionan las compras de vehículos eléctricos de más de 40.000 euros, frenando su implantación en este sector.

El apunte

En estos momentos hay 72 puntos públicos de carga y se esperan 40 más antes de final de año

La última actualización del dato sobre la presencia en Menorca de puntos públicos de recarga de vehículos eléctricos apunta a la existencia de 72 distribuidos en los ocho municipios menorquines. Además, desde la Dirección General de Energía y Cambio Climático recuerdan que el Consell tendría que tener operativos antes de que termine el año otros 40 ya que ha obtenido una subvención para ello con la condición de que su ejecución se haga efectiva en este 2022. «A final de año habrá más de cien puntos públicos», defienden, aunque consideran que este es un primer impulso que da la administración, pero que debe ser el sector privado el que «tiene que apretar para crear más puntos de recarga».