El parque fotovoltaico de Son Salomó

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Parecía que el culebrón del proyecto de ampliación del parque fotovoltaico de Son Salomó ya había terminado. Ya hace tiempo que tiene todos los permisos de obra y de hecho se han realizado actuaciones para su conexión en la subestación de Ciutadella, pero queda mucho trabajo que hacer y los plazos son cada vez más ajustados. Desde la administración aseguran que desconocen qué está impidiendo que los promotores empiecen con la instalación. Corren el riesgo de perder, después de casi dos décadas de tramitación, los 7,2 millones de euros de ayuda pública preconcedida, un empuje clave –según han defendido en multitud de ocasiones– para hacer viable una inversión global que ronda los 40 millones de euros.

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La subvención pública procedente de fondos europeos aprobada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía tenía entre sus condiciones que el parque debía estar ejecutado antes de que terminase el año 2022. Los promotores han logrado hasta dos prórrogas de tres meses y ese plazo se ha alargado hasta mediados de junio de 2023. Pero puede que no sean suficientes. Fuentes bien conocedoras del sector de las renovables explican a este diario que los plazos de ejecución de un parque de esas dimensiones (se extiende por casi 70 hectáreas y tendrá una potencia de 50 megavatios) hace pensar que empieza a ser complicado que puedan cumplir. Desde la Dirección General de Energía del Govern confían en los pasos ciertos que ya se han dado, aunque la multitud de plazos anunciados que los promotores han incumplido desde que tienen licencia ofrece muchas dudas.