El horno crematorio de restos animales fue inaugurado en 2007 y forma parte de la concesión a la UTE Es Milà desde 2016 | Javier Coll

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El vertido de cabezas de vacuno y vísceras procedentes del matadero de Maó, según apuntan los indicios, es fruto sin duda de una mala praxis, pero el núcleo del problema se halla en las tarifas abusivas que cobra la UTE Es Milà, concesionaria de la planta de tratamiento, por la incineración de los restos animales. Esa es la conclusión a la que llega el sector cárnico de Menorca.

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El matadero de Ciutadella ha esquivado el problema enviando el ‘sandach’ (subproductos de origen animal no destinado al consumo humano) a una planta de tratamiento de la Península, donde son reutilizados. El de Maó los envía a Milà y arrastra 80.000 euros de impago, para los que pide ayuda institucional.

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