Juan Miguel Rey, durante una de las sesiones de la actividad que coordina en la Escola de Salut Pública

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«Al igual que una marca se adecua a un grupo de consumidores concreto, lo mismo se puede hacer con la salud. Investigar cómo son los usuarios para adaptar el mensaje según el grupo de población al que te dirijas. Al final el marketing social trata de gestionar intercambios de valor de una conducta o servicio de salud pública», explica Juan Miguel Rey (Universidad de Granada), que coordina junto a Beñat Urrutikoetxea (Mondragon Unibertsitatea) el curso «Marketing social para la salud pública» en la Escola de Salut Pública de Menorca.

En esta formación se pretende introducir bien el concepto y crear conocimiento entre todos. Como indica Urrutikoetxea, «la palabra marketing viene por el ‘mercado’ (market) y el ‘movimiento’ (ing), es decir, el movimiento que hacemos para llegar al mercado o público objetivo. Es algo muy simple en un mundo muy complejo, y como hay gente que rechaza el concepto marketing porque no quieren que todo se reduzca al mercado, surgió la palabra ‘social’ como apellido».

En España el marketing social es conocido en el ámbito académico pero luego no se encuentran salidas profesionales. En cambio, en países anglosajones como Reino Unido, Australia, EEUU o Canadá «las instituciones gubernamentales tienen sus propios departamentos o centros de marketing que, al igual que ocurre en una empresa, pueden crear buenas soluciones». Rey añade que «queremos conseguir que en Salud Pública se valore invertir en realizar investigación de mercado, ya sea cualitativa (grupos focales, entrevistas en profundidad, etc.) o cuantitativa (encuestas) porque no son herramientas excesivamente caras y es una inversión que puede ser muy interesante».

«Hay productos que lo único que aportan es enfermedad o dependencia. Estos son los competidores, hay que saber lo que están haciendo continuamente para contrarrestar sus acciones», apunta Rey.