Margarida Llambias | Josep Bagur Gomila

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La secretaria general de Unió de Pagesos, Margalida Llambías, enumeró, durante su intervención, las «amenazas constantes» a las que debe hacer frente el sector agrario menorquín. Para Llambías, la clave está en luchar para «no perder ni un metro cuadrado de tierra cultivable». Pero «muchos de los nuevos propietarios de llocs no quieren animales ni se dedican a sembrar lechugas» y agrega que «para vestir una actividad turística han sembrado hectáreas de olivo y vid, con un jornalero que lo mantiene y trabaja de jardinero». El resto de hectáreas se van llenando de malas hierbas con la consecuencia de «haber perdido para siempre una parte de territorio que se podría haber dedicado a producir alimentos».

Agregó a ello otra preocupación del sector. Y es que para Unió de Pagesos, las energías renovables son el futuro, pero pide que «se instalen los parques solares en terrenos de bajo o nulo uso agrario», porque «volvemos a perder parte de territorio que se podría dedicar a producción».

Llambías fue tajante al advertir que «solo ganamos en especulación, en elevar los precios de la tierra que solo se hace asequible para unos pocos». Además, es escéptica con respecto al pasto de ovejas en estos terrenos que se solarizan de placas fotovoltaicas. «El primer año habrá hierba, en el segundo ya no, y las ovejas desaparecerán, además, si no hay flores tampoco habrá abejas que polinicen».         

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Defendió la lucha contra el intrusismo. «Aunque sea costoso y desagradable, no nos queda otra opción contra los que pretenden vender como producto local lo que proviene de otros enclaves, que no quiere decir que no sean buenos, pero no debemos confundir al consumidor».   

También pidió el cumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria, ya que «no se cumple», de ahí que el sector primario sea «el último en poder decidir sobre el precio».

También indicó durante su intervención que la producción quesera va reduciéndose porque las explotaciones optan por quitar animales y, por tanto, costes. Esto podría derivar en una escasez de queso para cubrir toda la demanda. «Si seguimos así, pronto tendremos que buscar bien para encontrar una tanca con vacas para hacer la foto de rigor», concluyó.