La normativa fja para los establecimientos la obligatoriedad de mantener cerradas las puertas para evitar el derroche eléctrico por la climatización.  | Katerina Pu

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Desde el 1 de octubre están en vigor las medidas implantadas por el Gobierno para el ahorro, el fomento de la eficiencia energética y la reducción de la dependencia del gas natural. Unas directrices que, en Menorca y por el momento, están teniendo escaso impacto. Son pocos los comercios que se han puesto al día en cuanto a la instalación de puertas automáticas o cortinas de aire, que impidan la fuga de la climatización.

El tejido comercial se mantiene a la expectativa ante los cambios que introduce el Real Decreto-ley 14/2022, de 1 de agosto, que incluye tanto medidas de sostenibilidad económica en el ámbito del transporte, en materia de becas y ayudas al estudio, como las relativas a la eficiencia energética.

La norma recoge el Plan de choque de ahorro y gestión energética en climatización, que establece para los establecimientos comerciales y de atención al público temperaturas del aire no superiores a los 19 grados en la calefacción, y no inferiores a los 27 grados en la refrigeración. Condiciones que se pretende que se cumplan regulando los accesos, por donde, justifican, escapa el aire acondicionado.

En Mallorca se estima que la mitad de los establecimientos ya se han adaptado, y no es mayor el porcentaje por la falta de materiales. No ocurre lo mismo a nivel    nacional, donde la Confederación Española del Comercio calculaba hace unos días que solo el 10 por ciento se han adaptado en tiempo y forma. Porcentaje que sería extrapolable a Menorca, donde muy pocos comerciantes se han decidido ya a instalar cortinas de aire o puertas automáticas.

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Desde asociaciones comerciales y patronales no tienen aún cifras del impacto de la norma en la Isla. Ni Ascome (Asociación de Comerciantes de Menorca), ni Ciutadella Antiga, ni Mô Comercial han hecho aún balance, pero en algunos casos coinciden en que, mientras que los comerciantes sí han trasladado algunas dudas relativas a los carteles informativos sobre las temperaturas que deben estar a la vista de los clientes en los establecimientos, no lo han hecho sobre la instalación de estos sistemas.

En Mô Comercial, su presidenta, María José Soriano, cree que la instalación de puertas correderas «no siempre es posible, depende de cómo sea el local» y es particularmente dificultoso en «las tiendas más antiguas». Valoración que comparte Macià Coll, de Ciutadella Antiga, mientras que el presidente de Ascome, Vicente Cajuso opina que es «una medida muy negativa, al igual que tener que apagar las luces de los escaparates, que ayudan a dar visibilidad a los comercios y a hacer ventas».

Entre los comerciantes hay casos en que    ya contaban con cortinas de aire. En Rei d’Or, en la Contramurada de Ciutadella, Fernando Saura tiene cortina de aire «desde hace siete años, cuando abrimos la tienda, para no perder climatización».

Cerca, en Traus, también cuentan con este dispositivo, pero está averiado. «Hemos pedido presupuesto para poner una cortina nueva» y estos días, que las temperaturas son más reducidas, «pasamos sin el aire acondicionado».

En otros negocios, como el de Pou Nou, en Ses Voltes, reconoce    Toña Casanovas que «aún no hemos hecho nada, estamos a punto de cerrar y aprovecharemos el invierno para mirar bien la normativa», porque «requiere unos gastos que no sé si el pequeño comercio puede hacer».

El apunte

Requiere una inversión mínima de unos 600 euros

Según empresas instaladoras de sistemas de climatización consultadas, dotar un establecimiento comercial de una cortina de aire requiere de una inversión mínima de unos 600 euros, entre el precio del aparato y el coste de la instalación. Una cifra orientativa, que según señalan desde Ciutadella Fred, variará, arriba o abajo, en función de las características del local y de las necesidades técnicas y de potencia.

Luego, una vez realizada la instalación, habrá que tener en cuenta el consumo eléctrico del propio aparato, pues deberá estar encendido, echando aire sobre el portal, siempre que esté conectado el sistema de aire acondicionado.

La otra opción que contempla la normativa son las puertas correderas automáticas, que aunque requieren una mayor inversión, supondrán un menor coste en electricidad para su funcionamiento. En este caso, desde Cristalería Ribas, en Ciutadella, Pere Vinent calcula que una puerta de un metro de ancho, automática y de cristal laminado puede costar unos 2.800 euros. Y dependerá siempre del espacio del que disponga el local, puesto que no siempre es viable su instalación.

Tanto en el caso de los instaladores de cortinas, como de puertas automáticas, admiten que, por el momento, son pocos los encargos que han recibido, por lo que las dificultades por falta de materiales que se señalan en Mallorca, no serían tales en el caso de Menorca.