Punto de inicio de la infraestructura para riego desde la depuradora de Es Mercadal. | Josep Bagur Gomila

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En los Presupuestos Generales del Estado de este año se habían consignado 1,2 millones para la ampliación de la comunidad de regantes de Tramuntana a Ferreries y Es Migjorn, y para el del año que viene se habían anunciado otros cinco. Pero no se ha invertido ni un euro y el proyecto ha desaparecido de las cuentas públicas.

La comunidad, que aglutina fincas del término de Es Mercadal en torno al camí de Tramuntana, ha renunciado a esta iniciativa, que había de ser financiada con fondos Next Generation. Razones de inviabilidad explican esa decisión, adoptada en una asamblea de la comunidad después de conocer las condiciones en las que se planteaba el proyecto.

Este consistía básicamente en aprovechar también las aguas de las depuradoras de Es Migjorn y Ferreries para el riego de fincas de sus respectivos entornos sin necesidad de constituir comunidades propias, la ya creada en Es Mercadal facilitaría de enlace para lograr más agilidad burocrática. Se realizaron gestiones en esa línea, pero fueron más los obstáculos hallados que el interés real de los potenciales beneficiarios.

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En Ferreries, un vecino de la depuradora se oponía a dejar pasar la tubería por su finca por viejas discrepancias con el Govern y en Es Migjorn se descartó por otros motivos. El Ministerio aportaba el dinero a través de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), pero la comunidad de regantes había de asumir el papel de promotor.

La calidad del agua, la clave

El plazo de ejecución era corto y la comunidad se veía obligada a asumir responsabilidades fuera de su estricto ámbito, que es el camí de Tramuntana. Además el proyecto abordaba únicamente la infraestructura sin valorar la calidad del agua depurada, que es el auténtico problema que sufren los regantes de Es Mercadal y que probablemente sufrirían también en Ferreries y Es Migjorn, con agua insuficientemente depurada, según explican fuentes de la comunidad de Tramuntana.

Este proyecto formaba parte de un plan de la Conselleria balear de Agricultura, que diseñó una estrategia de regadío para cada isla. Los de Porreres y Formentera, con la misma fuente de financiación, siguen adelante, según explica este departamento, que para 2023 proyecta una balsa de riego en Sant Lluís.