Entrada al aparcamiento con el aforo prácticamente lleno de vehículos junto a la Carretera Nova, donde hay una parada de autobús. | Gemma Andreu

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Son 5.000 metros cuadrados de terreno, parte del cual se utiliza como aparcamiento público junto a la carretera Nova y el bar Sa Teulera de Alaior. Hace diez años el Ayuntamiento firmó un contrato por cinco años con la propiedad para dedicarlo a este uso y cubrir así la creciente demanda de aparcamiento en aquel entorno urbano.

Aquel plazo concluyó, el uso permanece, el Ayuntamiento va pagando tarde y mal, sin revisión de precios, según explica la familia Sintes, propietaria del suelo, que lo ha puesto a la venta. Entiende que es una legítima operación de libre mercado, no le ata ningún compromiso con el Ayuntamiento y quiere obtener una rentabilidad del terreno.

Hay otras razones, se trata de una multipropiedad unida por el vínculo familiar. Los cinco propietarios son mayores y tienen descendencia de tercera generación, las posibilidades de acuerdo entre ellos disminuyen a medida que crecen los herederos y, en expresión coloquial, quieren quitarse el quebradero de cabeza que les supone la gestión y reparto de este terreno.

51 pisos

Antes de que el Ayuntamiento presidido por Misericordia Sugrañes se interesara por alquilarlo para uso público como aparcamiento, la propiedad había negociado con el consistorio presidido por Antoni Gómez Arbona. Las posibilidades de uso de la parcela, que tiene salida a varias calles e incluye un camino y un huerto, no llegaron a buen puerto por discrepancias entonces entre el propio equipo municipal.

El desarrollo urbanístico permite en    parte de la parcela la construcción de viviendas, en su día se proyectaron sobre plano    51 pisos, todos ellos de más de 70 metros cuadrados, tal como exigía el Ayuntamiento. Pero determinadas circunstancias del promotor interesado en llevar el proyecto adelante frustraron la salida    inmobiliaria. La opción no ha desaparecido, pero la propiedad parece haber desistido de hacerlo directamente.

Sobre las relaciones actuales con el Ayuntamiento y la opción de renovar el contrato    como aparcamiento, la propiedad reconoce que aun estando vencido van pagando, este año todavía no lo han hecho. La venta incluye ahora tanto el terreno dedicado al aparcamiento como el resto de la parcela.

El cartel «se vende» ha llamado la atención del vecindario, en particular de aquellos usuarios del aparcamiento, que han visto el riesgo de perder plaza para un servicio tan buscado.