Imagen de residuos de animales en la cámara frigorífica de Milà antes de ser incinerados. | CIME

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Los menorquines llevan desde el año 2016 pagando las altísimas tarifas de incineración del Área de Gestión de Milà –casi un euro por kilo– para eliminar los restos de sus animales de compañía y por mucho que quieran no pueden quedarse con sus cenizas. La empresa que gestiona el recinto, la UTE Es Milà, niega este servicio de incineración individual –en contra de los que exige el Plan de Residuos del Consell– a particulares, veterinarios y protectoras porque lo que en teoría hace es quemar a las mascotas junto al resto de subproductos de sacrificio, lo que efectivamente hace imposible garantizar la recuperación de las reliquias de los animales domésticos.

El Plan Director Sectorial de Residuos vigente, aprobado inicialmente en el año 2019 y definitivamente en junio de 2020, establece en el punto cuarto del artículo 43 que «en las instalaciones de Milà también se realizarán incineraciones especiales de animales de compañía de hasta un peso máximo de 75 kilogramos con el consiguiente retorno de las cenizas del animal al usuario del servicio». Cierto que el propio plan ofrece laxos plazos para poner en marcha ese servicio, pero estos hace meses que se están incumpliendo, algo que no es solo imputable a la empresa que gestiona Milà en concesión, sino también al ente público Consorci de Residuos i Energia, titular de la planta dependiente del Consell.

A pesar de que la necesidad de dar respuesta a una histórica demanda de los ciudadanos con animales de compañía ya figuraba en los primeros documentos del expediente de contratación de Milà, el nuevo plan director de residuos ha permitido dar otros 18 meses de margen a la concesionaria para que ponga en marcha este servicio que sí se presta en Mallorca. No está claro si esos plazos empiezan a contar desde la aprobación inicial del documento o desde su aprobación definitiva pero incluso tomando en consideración la hipótesis más permisiva, y habida cuenta de que la aprobación definitiva se hizo oficial en el BOIB el 27 de junio de 2020, el plazo para empezar a dar el servicio se cumplió el 27 de diciembre de 2021, mañana hace diez meses.

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El Consell confirmó ayer que hace unos meses, «este año», que el área de Gestión de Milà tiene instalado un horno especial para incineración individual de mascotas, y que cuenta con todas las autorizaciones pertinentes para ponerlo en funcionamiento; sin embargo, los particulares siguen sin poder recuperar las cenizas de sus mascotas y en algunos casos se ven abocados a enterrarlas –no siempre con todas las garantías sanitarias– o bien a pagar elevadas cantidades de dinero para que sus animales de compañía sean incinerados en Mallorca de forma que puedan recuperar con garantías los restos en una urna.

El Consell se escuda en una modificación de contrato

El argumento que el conseller de Medio Ambiente y presidente del Consorci de Residus, Josep Juaneda, dio ayer a este diario para explicar por qué no se enciende el horno especial para mascotas es que para poder hacerlo hay que modificar el contrato de concesión con la UTE Es Milà, en el que solamente figuran las tarifas de incineración del horno para la quema de tejidos de animales de matadero o de las fincas, esos 840 euros por tonelada que han puesto en jaque la supervivencia del sector del sacrificio de ganado. No parece que ese cambio de contrato –por lo visto parece que preceptivo– tenga una fecha marcada en el calendario.

Mientras tanto al menos una empresa del sector funerario de Mallorca está respondiendo a esa demanda de recuperar las cenizas de los animales de compañía fallecidos naturalmente o sacrificados en las clínicas veterinarias, que en la mayor parte de los casos –cuando los dueños no tienen un espacio donde enterrar a sus mascotas, se hacen cargo del servicio de transporte hasta el Área de Gestión de Milà y luego pasan la costosa factura a los propietarios de los animales.

Pliegos del contrato

La carencia en Menorca de este servicio que garantiza un tratamiento digno de los restos de animales domésticos podría haber sido una realidad hace años. No en vano, ya en el anteproyecto de explotación del servicio de gestión de Milà firmado en 2014 se establecía que «para casos excepcionales, el licitador deberá de prever la posibilidad de incineraciones especiales de animales domésticos de manera que se pueda garantizar la recuperación específica de las cenizas de cada animal». También el pliego de prescripciones técnicas que rigen el contrato establece que la empresa contratista «debe contemplar en su oferta» esta opción. El contrato se firmó en 2015 y todavía no se aplica.

El apunte

Un vacío que ahora está cubriendo una empresa funeraria de mascotas de Mallorca

La ausencia de un servicio para ofrecer un tratamiento de incineración digno a las mascotas ha hecho que una empresa mallorquina se haya decidido a cubrir la demanda existente, a un precio muy elevado. Desplaza por mar un camión a la Isla cada poco tiempo para recoger animales fallecidos y llevárselos a incinerar en su horno. Luego devuelve las cenizas a sus dueños en una urna.