Joan Allés, gerente de Mobles Allés | Josep Bagur Gomila

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La empresa ha cumplido 102 años y está en manos de la tercera generación familiar. Llegar a esa altura es un reto al alcance de muy pocos y muestra de que el trabajo bien hecho perdura. Muebles Allés nació como un taller en Ferreries en 1920 de la mano de Miquel Allés, su fundador, y fue creciendo con la incorporación de personal y el traslado a instalaciones más amplias.     

En 1957, ya con la segunda generación al frente, se inauguró un segundo taller, que todavía está en funcionamiento y diez años después se abrió la primera tienda al detalle. Más adelante se decidió ampliar la fábrica y agrupar en el mismo edificio la tienda, tarea que fue abordada en varias fases.

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El negocio crece y en los años 80 se comienza a plantear la necesidad de abrir un comercio más grande, que es el emblemático edificio ubicado a la entrada de Ferreries, que fue inaugurado en 1993. Fue la segunda generación familiar, clave en el crecimiento de la empresa, la que asumió la iniciativa de la expansión. José María, como responsable de la parte comercial; Fernando, de la fábrica y Tomeu, el encargado del diseño, con la incorporación del ordenador, eran los tres socios que se repartieron las tareas de dirección.   

Cinco socios

Mobles Allés mantiene la estructura y carácter de empresa familiar formada actualmente por cinco socios, cada uno de los cuales asume funciones propias con su respectiva responsabilidad sin interferencias. Destacan que esa distribución, sugerida por una consultora, resulta recomendable, aunque las decisiones importantes se adoptan por consenso.