Rafel Petrus, gerente de Bernat Petrus | Josep Bagur Gomila

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El origen de la empresa hay que buscarlo en el año 72 cuando Bernat Petrus trabajaba en una fábrica de licores y almacén de bebidas. Se lesionó en la espalda por el trajín de cajas y hubo de comenzar por su cuenta con productos de limpieza industrial a los que incorporó resinas y productos de poliester utilizados en impermeabilización de terrazas y piscinas principalmente.

Rafel no quiso estudiar y a los 14 años empezó a trabajar con su padre en la tienda, el almacén no le motivaba, pero pasó por todos los puestos como itinerario de aprendizaje. A los pocos años, la entrada de la firma en el grupo Tkrom con 21 socios de toda España marcó un punto de inflexión para la empresa, ya que le dio una capacidad de compra en precios e innovación que por sí sola no habría conseguido.

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Sufrió con dureza la crisis del 92-93 en la construcción y pudo remontar con ayuda externa. Tres años después, Bernat deja la empresa en manos de su hijo Rafel, quien asume el reto de crecer durante los años siguientes.

La crisis interminable

Recuerda la etapa que comienza en 2008, cinco años de crisis interminable que logra remontar gracias a las ocho sesiones del seminario que ofreció el profesor Joan Mons en PIME. Rafel adquirió conocimientos empresariales que pudo aplicar de inmediato, remontar y crecer. Hoy son 23 personas en plantilla y desde hace tres años cuenta con una nave central en propiedad en Maó, lo que le ha permitido sacarse la espinita de haber estado siempre de alquiler, y tiendas en Alaior y Ciutadella.