Los soportes aseguran los boínders por el exterior, pero también por el interior. | Josep Bagur Gomila

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Desde febrero, el número 8 de la calle Jerònia Alzina de Ciutadella permanece «por precaución» con los boínders apuntalados. Son los pisos d’en Balada que heredó la Fundación Hesperia constituida por los entonces Príncipes de Asturias y actuales reyes de España, la cual tiene interés en llevar a cabo la intervención de mejora. No obstante, los trámites se prolongan y los vecinos se muestran preocupados ante el desgaste progresivo de la fachada y los peligros que esto conlleva.

Sin ir más lejos, con el temporal de octubre cayeron a la calle varios cascotes y solo la fortuna evitó males mayores. Esta es la preocupación que sufren los residentes de este bloque de seis viviendas, de las que solo tres están habitadas.

La Fundación Hesperia presentó el proyecto de reforma ante el Ayuntamiento de Ciutadella. Durante la espera para la obtención de la licencia de obras, «hemos adelantado y ya tenemos preparados los nuevos ventanales» y las estructuras que sustituirán los boínders maltrechos. Así lo explica el arquitecto encargado de las obras, Joan Soria, quien señala que la autorización municipal «está pendiente de un último documento que Urbanismo nos ha pedido hace unos días».

Según el técnico, «el edificio no amenaza peligro, pero, por prudencia, preferimos poner unos puntales». Así, la actuación consistirá en retirar los elementos antiguos y «se repararán las esquinas y los forjados».

En realidad, «es un proyecto sencillo», indica Soria, quien destaca «el interés de la Fundación Hesperia por reparar y restituir» este edificio que «cedió el señor Balada». Sin embargo, «la tramitación siempre es lenta, se debería tener más en cuenta la urgencia de unas obras, antes que la burocracia».

En este sentido, desde el Ayuntamiento de Ciutadella, el edil resposable del área de Urbanismo, José López, detalla que «el proyecto entró en mayo» y corrobora que «ahora estamos a la espera de un último documento que les hemos solicitado». De hecho, «lo hemos pedido tres veces», y «en el momento que lo tengamos, la concesión de la licencia será rápida».

Desde la promotora esperan poder presentar en breve los documentos que faltan, para poder iniciar cuanto antes la intervención y resolver así una situación que se prolonga desde hace casi un año.

El apunte

Los vecinos están preocupados por la lentitud del proceso

Los vecinos que viven en este inmueble de la calle Jerònia Alzina se muestran preocupados por el estado que presenta la fachada del edificio. Y no tanto por la estética, que también, sino por el riesgo de que puedan caer más piedras sobre el asfalto.

Las lluvias intensas del mes pasado afectaron al bloque. Se desprendieron varios cascotes y podría volver a ocurrir. «Hemos tenido que pedir vallas y se está pagando una ocupación de vía pública, para que no pase gente por debajo». Sin embargo, al estar situados frente a una farmacia, «cuando llueve, los que hacen cola esperan se refugian bajo los boínders».

Sobre la situación de los inmuebles, sus ocupantes aseguran que se trata tan solo de los balcones. Es ahí donde se ven obligados a convivir con puntales en sus comedores, a la espera de que puedan iniciarse los correspondientes trabajos de rehabilitación.