Antoni Camps, junto al diputado Javier Ortega Smith durante la inauguración de la sede de Vox en Maó. | Gemma Andreu

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«Seguramente el hecho de ser coordinador de Vox me ha podido perjudicar; no me extraña que el cambio de opinión de la Fiscalía tenga algo que ver con que descubrieron el cargo que yo tenía», opina el político de Ciutadella, para quien todo el proceso judicial «es fruto de la maldad retorcida de quien me denunció», es decir, su exsocio. Quiere recordar que la Fiscalía «pasó de pedir el archivo de la causa a ser la acusación más feroz durante el juicio». «Sé que soy inocente», subraya.

Afirma que, «pese a todo, me absuelven de dos delitos». Considera que ni él ni su abogado supieron explicarse «y el juez no ha sabido o no ha querido considerar nuestros argumentos, por eso apelaremos, a ver si otro juez lo entiende como lo entendió el Juzgado de Primera Instancia de Ciutadella que archivó la causa en un principio».

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La sentencia, en todo caso, le ha obligado a dimitir de sus cargos en la formación de Menorca «pero los dejo en las mejores manos, con Xisco Cardona al frente».

Respecto a su abandono forzado de la política durante el tiempo de la condena, «ha llenado de alegría a mi familia, lo cual a mi también me hace feliz», apunta Camps. Ahora podrá centrarse en ella, afirma, «en mis negocios y me permitirá pasar temporadas más largas en República Dominicana», de donde es su mujer. «No hay mal que por bien no venga», concluye.