Uno de los tres barcos de arrastre de la Cofradía de Ciutadella maniobra en el puerto. | Josep Bagur Gomila

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No son las tres semanas que la UE proponía en un principio pero el golpe a la flota de arrastre ya se ha consumado: los barcos deberán estar amarrados otros diez días más el año que viene. Una maratoniana negociación en Bruselas dio lugar ayer al recorte de días de pesca en el Mediterráneo para los arrastreros, tal y como se temía el sector, que se concreta en una reducción adicional de entre nueve y diez días por buque. La rebaja de jornadas pasa del 7,5 al 7 por ciento, y la compensación (en días de faena añadidos) por el uso de redes más selectivas sube del 3 al 3,5 por ciento, pero aún así supone un mazazo para las barques de bou de Balears.

Los ministros de Pesca de la Unión Europea alcanzaron ayer un acuerdo para los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas para 2023 y dentro del mismo, en cuanto a la reducción de los días de esfuerzo en el Mediterráneo se acordó ese recorte del 7 por ciento. España votó en contra de las medidas que deberá soportar la flota mediterránea, que incluyen asimismo la reducción en un 5 por ciento de las capturas totales admisibles de gamba roja.

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El resultado global ha sido positivo para la flota atlántica y cantábrica, debido a los aumentos conseguidos para otras especies y de los que se beneficiarán 1.200 barcos de las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. La cruz ha sido para el Mediterráneo.

Frente común

Al conocerse el acuerdo la consellera de Agricultura, Pesca y Alimentación del Govern balear, Mae de la Concha, declaró que «hoy no es un buen día para Balears en la pesca, tanto la Federación de Cofradías como nosotros estamos muy disgustados y mantenemos una postura común frente al Ministerio que vamos a seguir defendiendo».

Dicha postura que no se ha escuchado es la reivindicación de un trato diferencial para las Islas y que estas quedaran fuera de las nuevas restricciones, ya que, como explicó De la Concha, la flota balear es muy pequeña en comparación con otras del Mediterráneo occidental y el nivel de protección de las aguas del archipiélago muy elevado. «Las barques de bou ya salen muy pocos días a pescar, 165 de promedio, reducir todavía más estas jornadas de pesca puede llevarnos al colapso», aseguró.

Las ayudas del Ministerio por no salir a faenar aún no se han cobrado

Las empresas pesqueras todavía no han percibido las ayudas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación por los días que permanecen amarrados a puerto y sin salir a faenar. Son las correspondientes a 2022, un año que está a punto de despedirse «y el sector lo necesita hoy», afirma el director general de Pesca y Medio Marino del Govern, Joan Mercant. Pese a que las ayudas «algo palían la situación pero los pescadores lo que quieren es salir a trabajar», señala. Mercant cree que se «demoniza» a las barcas de arrastre por agresiva pero recuerda que otras artes también dañan el medio marino, «un 80 por ciento del arrastre se realiza en zonas de fango y arena», apuntó. Insiste en que Balears ha hecho el trabajo de protección y merece un trato específico.

El apunte

El Govern analiza si un mes de veda paliará la reducción

Algunas de las medidas compensatorias que se ofrecen para paliar la pérdida de jornadas de trabajo en el mar son de muy difícil aplicación en la flota de arrastre balear, como es el uso de redes más selectivas. Así lo señaló ayer la consellera de Agricultura y Pesca, Mae de la Concha, quien avanzó que se estudiará si otra de las medidas posibles, realizar cuatro semanas seguidas de veda podría representar un recorte menor en los días totales de pesca. «Tenemos que estudiar qué representaría esta medida», manifestó, «en vez de un 7 por ciento de reducción se nos ofrece un 3,5 por ciento», pero es una opción que todavía debe de ser analizada.

En cuanto a las medidas de selectividad, por tamaño de las redes y del pescado, no se ven viables por el Govern, dado que la pesca de arrastre en las Islas es multiespecie. «Aquí los barcos no salen a pescar un solo tipo de pescado sino que en las redes entran 30 o 40 especies distintas, cada una con un tamaño diferente, esa medida del tamaño de las redes no la podemos aplicar, aquí no podemos contar con ella», lamentó la consellera.

De la Concha destacó «la paradoja» que supone este acuerdo de Bruselas, y es que «a medida que nos va reduciendo la posibilidad de pescar en Balears, aumenta nuestra importación de pescado de otras zonas donde la protección, cuando existe, es muchísimo menor», afirmó.

Desde la Federación de Cofradías de Pescadores de Balears, su secretario, Antoni Garau, declaró a «Es Diari» que la decisión se toma «sin suficiente base científica» y que dicho acuerdo responde a «una política de hachazos, están masacrando al sector de la pesca de arrastre». Aconsejó a los pescadores llevar a cabo una «gestión inteligente de los días que tocan» porque «esta es una batalla perdida, es un acuerdo que va a misa y nos tendremos que someter». En un día de desánimo y crispación, Garau añadió que en la UE «hay países con intereses pesqueros y otros a los que les importa un pepino, España tiene una posición débil y debe plegarse a la mayoría».