Plásticos acumulados en la nave de una planta privada de voluminosos de Ciutadella. | Josep Bagur Gomila

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El Área de Gestión de Residuos de Milà ya ha reabierto sus instalaciones, pero todavía está lejos de recobrar la plena normalidad. Primero tendrá que gestionar la llegada de la gran cantidad de residuos de todo tipo, se estima que más de 2.000 toneladas, que se han ido acumulando durante las cerca de tres semanas en que ha durado el cierre de las instalaciones por el peligro que representaba la fisura aparecida en el aerogenerador número cuatro del parque eólico.

De hecho desde el pasado jueves, cuando quedó apuntalada la base del molino que amenazaba con derrumbarse, ya se han podido autorizar algunas operaciones puntuales de traslado de los residuos de la recogida selectiva que se han estado almacenando en plantas privadas de tratamiento de voluminosos, aunque la reapertura del área insular de gestión se ordenó el pasado sábado y la plena actividad se recuperó este lunes.

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Desde el departamento de Medio Ambiente del Consell calculan que la operativa para trasladar todos los residuos se alargará durante unas dos semanas. Cabe recordar que la mayor cantidad de esos, aproximadamente el 70 por ciento, corresponden a la fracción resto, la basura no separada, que tiene como destino el vertedero, y a la poda, que debe reutilizarse para compost. Ambas tipologías de residuos, además de los biosanitarios, se han ido depositando temporalmente desde el pasado 29 de noviembre sobre la superficie del antiguo vertedero clausurado de Milà 1.

Los privados, al borde de la saturación

Muchos más kilómetros de traslado requerirán los residuos de la recogida separada, que deberán ser transportados en su mayoría desde las plantas privadas de tratamiento situadas en Ciutadella. Cabe tener en cuenta que Excavaciones Moll ha venido recibiendo en las dos últimas semanas una media de entre tres y cuatro camiones de envases, el más voluminosos de los residuos. Sus responsables manifestaban ayer que su gran nave de almacenamiento empezaba a estar «un poco saturada».

También son conscientes desde el Consell de que esta operativa de gestión de emergencia de los residuos «no se podía dilatar mucho en el tiempo», explica el director insular de Medio Ambiente, Esteve Barceló, quien agradece el esfuerzo conjunto que se ha hecho para que «todo haya salido bien y que los ciudadanos no hayan notado la diferencia». Desde el Consell recuerdan que el primer objetivo del plan de emergencia era garantizar la seguridad de las personas ante el riesgo que representaba la avería del aerogenerador número cuatro.

El apunte

El tercer molino está parado por una pequeña avería que se espera que no revista gravedad

El parque eólico de Milà ya cuenta solo con tres aerogeneradores después de que se haya procedido al desmantelamiento del molino número cuatro. Dos de ellos estaban ayer en funcionamiento pero el tercero, estaba parado. Desde el Consell explicaban ayer que sufre una avería que se espera que sea de poca gravedad. El precinto que se llevó a cabo del cuarto aerogenerador impidió a los técnicos que accedieran a comprobar su estado. Es una más de las múltiples incidencias que acumula un parque que se inauguró en 2004 y que se acerca al final de su vida útil. Las piezas del aerogenerador desmontado están en tierra y ahora habrá que analizar qué parte de los materiales pueden reaprovecharse como reserva para los aerogeneradores activos y qué parte tendrá que gestionarse como residuo.