Imagen tomada este mismo miércoles del estado del histórico puente que se encuentra en el término municipal de Ferreries | G.J.

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El Pont de sa Bova, una construcción levantada en 1715 por orden del gobernador británico Richard Kane en el camino que lleva su nombre a su paso por el término municipal de Ferreries, está más cerca de ser restaurado. El Ayuntamiento de dicha población acaba de publicar las bases de la licitación para acometer las mejoras, pero la actuación no está exenta de polémica. Y es que el proyecto de construcción no cumple con algunos de los requisitos que considera necesarios el historiador Joan Pons Alzina, quien en 2018 descubrió la existencia de dicho elemento arquitectónico y redactó su ficha patrimonial.

«Debería ser un proyecto de restauración, no de reconstrucción», puntualiza el experto sobre el documento base para la actuación que se dio a conocer en 2019. Pons presentó instancias ante el Ayuntamiento y también el Consell «al tratarse de un bien histórico». Algunas de las modificaciones sugeridas se incorporaron, como la de respetar la morfología del puente, pero no le parecen suficientes.

A su juicio existen dos problemas, uno de contenido y otro de forma. Respecto al primero sostiene que «no hace falta hormigonar el armado» ni tampoco «desmontar el puente y ponerlo sobre una cimentación de hormigón». Por otra parte, critica que en el estudio no se refleje la resistencia de las piedras de la estructura.

En lo que se refiere a la forma, añade que «lo que no tiene perdón es que para este proyecto no se hiciera un concurso público» y recuerda que «se le ha dado el visto bueno sin un periodo de exposición».

Lejos de rendirse, el historiador  llamó a la puerta del Institut Menorquí d’Estudis (IME) para recabar apoyo y solicitó que redactara dos dictámenes. Uno por parte de la sección de Historia y Arqueología, para que determinara los valores patrimoniales e históricos del puente, y otro a la sección de Ciencia y Técnica, para que se pronunciase sobre la resistencia de las piedras de la estructura para llevar a cabo la actuación.

Según relata Pons, la coordinadora científica del IME, Marta Jordi, respondió que la emisión de informes y asesoramiento «no se hace a petición de particulares, sino de la administración». En ese sentido, el historiador recuerda que posteriormente tuvo conocimiento de que el instituto sí accedió a una petición similar del Colegio de Arquitectos sobre el enlace a doble nivel en la Me-1 a su paso por Rafal Rubí. El afectado lamenta que la respuesta de Jordi careciera de «fundamentación». Para la petición al IME, Pons contó con las adhesiones de la Martí i Bella, el Fòrum Tercer Mil·lenni y el Centre d’Estudis Locals d’Alaior.

«El patrimonio de Menorca es pequeño en el sentido de dimensiones y tan débil que se debería tratar como un jardín japonés» sostiene el estudioso, cuya decepción es tal que asegura que, visto lo visto, «preferiría no haber descubierto la existencia del puente, porque al final habré sido, indirectamente, corresponsable de su destrucción».

Desde el Ayuntamiento, el concejal Gabriel Janer recuerda que el proyecto en cuestión es un documento heredado del anterior equipo de gobierno y que gracias a su existencia la rehabilitación del puente podrá ser una realidad. «Nosotros nos fiamos de los técnicos», sentencia en relación a la actuación y recuerda que en su día se incorporaron algunas modificaciones indicadas desde Patrimonio. En su opinión, la clave es que el refuerzo  interior de hormigón no se verá «al quedar recubierto por piedra y marés».

Por su parte, la asociación Amics d’es Camí d’en Kane, que ha seguido  todo el proceso con atención, en palabras de su secretario, Bep Marí, sostiene que la recuperación del puente es algo que esperaban desde hace tiempo «porque se estaba deteriorando mucho». «Nos hubiera gustado que fuera sin hormigón, de una forma más tradicional, pero al menos esa parte estará forrada de piedra», concluye.

El apunte

Las obras del puente salen a concurso por 117.311 euros

El proyecto para las obras de reconstrucción, con procedimientos tradicionales, del puente situado en el Camí d’en Kane ha salido a concurso por un importe de 117.311 euros. Las empresas interesadas en presentar sus propuestas tienen de plazo hasta la medianoche del próximo 9 de enero.

El tiempo fijado para la ejecución de las mismas es de dos meses. En ese sentido, el concejal Gabriel Janer considera que «al tratarse de una obra pequeña» y con el proceso de licitación ya en marcha tendrían que estar listas el próximo año. En el proyecto se explica que se procederá a la «retirada y demolición manual del puente desmontado pieza por pieza».