El administrador diocesano de Menorca, Gerard Villalonga

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El Obispado de Menorca informa que prepara un funeral diocesano por Benedicto XVI. En un comunicado difundido este sábado, el administrador de la Diócesis, Gerard Villalonga, y el Colegio de Consultores piden a «todos los sacerdotes, miembros de vida consagrada y al pueblo fiel que no cesen de encomendar en sus oraciones a quien fue constituido como sumo pontífice y pastor de la Iglesia universal».

Solicitan que «Dios le acoja benigno en su presencia y le premie su fidelidad en el cumplimiento de su delicada misión pastoral». Al mismo tiempo dan gracias a Dios por «su vida y ministerio, por la claridad de su doctrina y ejemplaridad».

El día, hora y lugar del funeral diocesano por el papa emérito serán dados a conocer en breve.

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El administrador diocesano, en un artículo remitido al diario MENORCA, afirma que «en la persona de Benedicto XVI concurrían estas cualidades, que no suelen coexistir habitualmente: una sabiduría e inteligencia extraordinarias y una humildad profunda, puesto que él sabía que los dones recibidos no lo eran para el propio ornato, sino para compartir y enriquecer a los demás: gratis lo habéis recibido, dadlo gratis».

«Su gran fe, expresada a lo largo de los años como pastor de la Iglesia, es el eje transversal de su vida, que ilumina las distintas y variadas facetas ya sea como profesor, teólogo y escritor», manifiesta Gerard Villalonga. Subraya que «su renuncia al papado fue un gesto de una altura moral inmensa, que puso de manifiesto precisamente su gran humildad y su visión de altura en el discernimiento y en la toma de decisiones».

Según el administrador de la Diócesis de Menorca, que sigue en situación de sede vacante desde el traslado del obispo Francesc Conesa a Solsona en marzo pasado, «el retiro de Benedicto XVI en el Vaticano, dedicado principalmente a la oración, ha supuesto un gran ejemplo para todos nosotros, que muchas veces corremos el riesgo de considerarnos imprescindibles. Este apartarse, cediendo el paso, quedando a la entera disposición de su sucesor el papa Francisco, ha merecido un reconocimiento general por parte de todos».

Gerard Villalonga evoca el «recuerdo imborrable del viaje que el papa emérito hizo a Valencia los días 8 y 9 de julio de 2006 para presidir el V Encuentro Mundial de las Familias, convocado por su antecesor Juan Pablo II antes de su muerte. Pude ayudar en el arzobispado en algunos asuntos relacionados con la visita, saludé al Papa personalmente y quedé impresionado ante la grandeza y humildad de Benedicto XVI»