El templo acogió el funeral diocesano por Benedicto XVI | Josep Bagur Gomila

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«En sus obras de filosofía y teología el papa emérito nos explica que la fe y la razón van juntas, y que la razón nos puede librar de los fanatismos y de la violencia», afirmó el administrador de la Diócesis, Gerard Villalonga, en el funeral diocesano por Benedicto XVI oficiado la tarde de este miércoles en la Catedral de Menorca, en Ciutadella.

Proclamó Villalonga Hellín que «la verdad y la libertad están íntimamente unidas, y, al contrario, el error y la mentira son cadenas que eliminan la libertad, y conducen a la denominada dictadura del relativismo».

La eucaristía exequial por el papa Ratzinger, fallecido en Roma el pasado 31 de diciembre, congregó en el presbiterio de la Catedral a un gran número de sacerdotes de Menorca. También participaron diáconos, personas de vida consagrada y fieles de distintos municipios de la Isla.

El retrato de quien llevó el anillo del pescador desde abril de 2005 hasta febrero de 2013, cuando presentó su renuncia, presidió el altar del templo catedralicio.

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El retrato del papa emérito en el presbiterio de la Catedral de Ciutadella, este miércoles | Josep Bagur Gomila

Vida cristiana dinámica

Manifestó Gerard Villalonga que «la vida cristiana es esencialmente dinámica, porque a partir del encuentro con Jesús empieza un proceso y siempre es posible un crecimiento en la fe, la esperanza y el amor; y todo ello queremos concretarlo hoy en el testimonio y las enseñanzas, plenamente vigentes, del papa emérito».

El administrador diocesano puso el acento en la «dedicación sincera e incansable al ministerio pastoral de Benedicto XVI en lo que constituye una visión global del ejercicio del sacerdocio en su triple función de pastor, celebrante y enseñante». Gerard Villalonga indicó que «su propia vida es testimonio de la manera concreta de buscar la santidad al desempeñar su ministerio como pastor supremo de la Iglesia».

También señaló que «la centralidad de la fe en Jesús durante toda la vida de Benedicto XVI se prolonga en su amor a la Iglesia, que para el es el cuerpo de Jesús».