Victoria Sacoto y Josep Martí Allès, los propietarios del negocio,   con el cartel del premio que han otorgado a uno de sus clientes. | R. P. A.

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Victoria Sacoto, responsable del punto mixto de venta de Loterías y Apuestas del Estado en la Plaça des Pins de Ciutadella, tiene un ritual cada vez que despacha un boleto. Lo primero que hace es frotarlo contra uno de los dos Budas que tiene en el mostrador; lo segundo, desear suerte al cliente. A la vista de los resultados, a buen seguro que mantendrá la costumbre. Ella fue quien entregó en mano a un afortunado jugador el billete ganador del sorteo de la Lotería Primitiva del pasado sábado. Una combinación de números que se ha traducido en el mayor premio en la historia de la Isla, 36,7 millones de euros.

Un golpe de suerte que, curiosamente, llegó tan solo un día después de que esa misma oficina repartiera otros 150.040 euros gracias a dos décimos con el número del segundo premio de la Lotería de El Niño. Sacoto, junto a su pareja y socio en el negocio, Josep Martí Allès, celebraban «estar en racha». Un negocio que ya en 2019, cuando se extendió desde Ferreries, arrancó con muy buen pie al estrenarse con otro premio de 1,8 millones de euros, cuando tenían en el punto de venta en la calle Ruiz y Pablo.

«Estoy muy contenta. Si ya se siente mucha alegría por el hecho de repartir ilusión, dar premios como este es una sensación maravillosa», reconocía la lotera ayer desde el punto de venta. Confiesa que hay muchos clientes que juegan cada semana, algunos con números fijos, pero que no tiene ninguna corazonada sobre quién ha podido ser el afortunado o afortunada.

El único dato que ha trascendido es que el premio ha recaído sobre una apuesta simple y no múltiple, de las que cuestan un euro, aunque podría ser en un billete con varias columnas, puntualiza Martí, quien aclara que ellos no perciben ningún tipo de comisión por el premio más allá de los 5 céntimos brutos establecidos por la operación. «Lo único que nos llevamos es la alegría de repartirlo entre uno de nuestros clientes», asegura.

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Por su parte, Sacoto considera que «el marketing es lo más importante para una empresa y le vamos a dar la mayor    publicidad posible a nuestros premios».    Sobre el futuro, reconoce que «para superar esto hay que ir a por el Euromillón», la apuesta más complicada de todas por una cuestión de probabilidades.

Desde que descubrieron que habían repartido los casi 37 millones de euros el sábado cuando estaban cenando con unos amigos, ambos han recibido una avalancha de felicitaciones. Pese a que el negocio permanecía cerrado al ser domingo, algunos conocidos    se acercaron hasta el despacho para darles la enhorabuena. Uno de ellos, preguntado sobre qué haría si él hubiese sido el agraciado, responde que «buscar un asesor, ir al banco y negociar».

El propietario del boleto premiado tiene tres meses de plazo para cobrarlo. Y en la Isla puede hacerlo en las oficinas de La Caixa o BBVA, sin pagar ningún tipo de comisión ni necesidad de tener abierta una cuenta    en dichas entidades. A la cantidad habrá que descontar el 20 por ciento con el que se queda Hacienda, con los primeros 40.000 euros exentos de impuestos.

Sobre la identidad del ganador del premio, Sacoto y Martí reconocen que, como ya ha ocurrido otras veces, «al final, con el paso del tiempo, se suele acaba sabiendo quien gana un premio. Quieras o no, a la larga un millonario siempre cambia de vida».

El apunte

El premio dobla el anterior récord: los 18 millones de Sant Lluís en 2004

El nuevo premio eleva el listón del récord de loterías en la Isla de forma considerable gracias a que había un bote acumulado de 36 millones de euros. De hecho, la cantidad dobla la cifra máxima registrada hasta la fecha, los 18 millones que se entregaron en un despacho de loterías en Sant Lluís en 2004. Un ranking en el que tercer lugar lo ocupa los 15 millones que recibió    en noviembre de 2008 un jugador que compró su boleto, en este caso en el sorteo de Euromillones, en la administración de Loterías situada en la Plaça Artrutx de Ciutadella.