Uno de los chalés vallado y que quedaron sin ser acabados al estallar la crisis económica de 2008.

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El Consejo General de Procuradores de España ha publicado la subasta de 18 chalés en la urbanización de Torre-solí, ubicados en primera línea del Prat de Son Bou. El precio oscila entre 167.000 euros, los dos más baratos, y 208.000, los dos más caros. El resto se halla comprendido entre ambas valoraciones.

Se trata de una promoción de 28 unidades, de las que diez fueron vendidas en su momento y se hallan cuidadas y habitadas. El resto se quedó atrapado en la crisis económica de 2008, los chalés no fueron acabados, la maleza y el abandono se ha apoderado de las parcelas y construcciones, y desde hace varios años sirven de morada a okupas.

Lo que nació como una promoción de viviendas unifamiliares formando una manzana entre las calles Mare Nostrum, Es cul de sa galera y Los Defines, no llegó a ser comercializado en su integridad al toparse con la grave crisis económica. Como se sabe, hirió sobre todo a la construcción y algunos se quedaron a medias.

Promoción italiana

El promotor del complejo, de nacionalidad italiana, fue el propietario del hotel La Noria, hoy Arenas de Son Bou, ubicado frente a los citados chalés. Tenía además negocios de turoperación, según recuerdan empresarios de esta zona turística.

Toni Grau, uno de los constructores que participó en el desarrollo de una de las fases de la promoción, recuerda que se había previsto piscina y los chalés que fueron acabados disponen de ella.

Las diez casas que finalmente salieron adelante fueron vendidas en algunos casos como pago a los acreedores durante el proceso de suspensión de pagos del promotor. Sin embargo, hubieron de hacerse cargo de la parte proporcional de la hipoteca y el resultado fue bastante oneroso financieramente.

La operación estaba financiada por Sa Nostra, que se quedó con los chalés que no se habían vendido. La deuda pasó después a la Banca Mare Nostrum, en la que se integró la entidad balear y, finalmente, estos activos desembocaron en la Sareb como tantas otras construcciones afectadas por la crisis.

Es una historia repetida, el ‘banco malo’ intenta rentabilizar el patrimonio mediante la subasta pública. Esta llega tres lustros después, periodo en el que el deterioro de una obra inacabada ha devaluado el precio.

Durante este tiempo, algunos inversores se han interesado por ellos, también profesionales del turismo que buscan una vivienda en su lugar de trabajo. Algunas de las acabadas y en uso responden a estos perfiles.

El problema de la okupación

Por otra parte, el abandono ha conllevado la okupación de casi todos los 18 chalés que quedaron fuera del mercado y que son los que salen ahora a subasta. Hace al menos cinco años que estas viviendas tienen inquilinos, algunos sedentarios y otros nómadas, según el relato de uno de los vecinos, quien señala que estos edificios, rodeados de maleza, constituyen una mancha en una zona de gran valor turístico.

Será un problema añadido para la venta en subasta de los inmuebles, como ha ocurrido en otros complejos.

El apunte

‘Unifamiliar en construcción’ y omisión de la ‘okupacion’

El portal ‘Subastas Procuradores’ presenta cada una de las 18 viviendas como «unifamiliar en construcción» por no hallarse plenamente terminadas durante el desarrollo de la promoción. Algunos expertos consultados señalan que, con los precios actuales, el acabado implicará una inversión añadida a partir de otros 100.000 euros, aunque valoran la urbanización de la zona con la correspondiente infraestructura de suministros. No se informa, sin embargo, de los inquilinos que espontáneamente se alojaron un día en estos edificios y desde entonces viven en los mismos. Un vecino recuerda que cuando hace unos años se interesó por uno de estos chalés inició un proceso judicial para desalojar al ‘okupa’ y llegó a una solución amistosa antes del juicio. Lo tuvo fácil, abandonó esa vivienda y se acomodó en otra contigua.