Grupos de personas maduras disfrutando ayer de charla y paseo en Maó. | Gemma Andreu

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Los menorquines son los más longevos de Balears o, mejor dicho, lo siguen siendo, porque hace ya veinte años que se inició dicha tendencia, truncada puntualmente por la pandemia de covid-19. La esperanza de vida al nacer en la Isla es de 84,4 años, según los últimos datos del Institut Balear d’Estadística (Ibestat) relativos a 2021. Las mujeres viven más, hasta los 86,6 años mientras que los hombres lo hacen 82,3 años.

Los nacidos en Menorca superan en longevidad a los mallorquines, que viven un año menos. Sin embargo nuestros vecinos se sitúan en la media balear, 83,3 años; por contra, en Eivissa i Formentera la esperanza de vida está por debajo de esa media autonómica, con 82,6 años, lo que significa que un menorquín tiene al nacer posibilidades de vivir 1,8 años más que alguien en las Pitiüses.

Hace veinte años, en 2002, el comienzo de la serie histórica, la esperanza de vida en Menorca era de 80,4 años, 83,1 las mujeres y 77,6 los hombres; una vida que se ha ido alargando alrededor de dos años por cada década transcurrida: en 2012 pasó a ser de 82,89 años, casi 85 años las mujeres (84,8) y 81 años (80,9) los hombres. Ese ritmo ha sido similar en todo Balears siempre con Menorca a la cabeza.

Pandemia

La evolución de la esperanza de vida en Menorca ha sido siempre positiva, es decir, a gozar de una vida más larga, con una excepción y es que 2021 en realidad está marcado por el año anterior, el de la pandemia de covid-19. En 2019 y 2020 se logró una esperanza de vida al nacer de 85,36 y 85,30 años respectivamente. En marzo de 2020 estalló la pandemia de coronavirus y un año después la estadística refleja ese bache y ese aumento de mortalidad, especialmente en las franjas de mayor edad. En 2021 se pasa a los 84,42 años de edad, una cifra elevada pero inferior a la del año anterior y que rompe esa tendencia al aumento en los años de vida. Falta que el dato oficial de 2022, aún no publicado, indique si ha habido una recuperación o si por el contrario aún se reflejan los efectos de la covid-19 en las estadísticas.

El optimismo de estas cifras, ya que se vive más tiempo y en mejores condiciones, tiene también una lectura economicista y es que la esperanza de vida presiona cada vez más el sistema público de pensiones. Tomando como referente la edad tradicional en que se anclaba hasta ahora la jubilación, los 65 años, y con una esperanza de vida en 2021 de 84,4 años, hay un largo periodo de casi veinte años en los que estos mayores deben cobrar pensión y necesitarán recursos asistenciales, a domicilio o tal vez geriátricos. Con la última reforma se fija la edad de jubilación en 67 en el año 2027 y ahora, en 2022, está en 66 años y dos meses. El mayor número de pensionistas serán mujeres, ya que son ellas las que presentan una mayor esperanza de vida, casi 87 años en Menorca.