Antoni Gomila Benejam visita Menorca por trabajo aunque reside en Sóller

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El ciutadellenc Antoni Gomila Benejam, doctor en Filosofía y catedrático de Psicología de la UIB, es partidario de la interdisciplinariedad y es autor de «Elogi de la corrupció» y «El Tercer Sector d’Acció Social a Mallorca» además de otros libros sobre evolución humana y cognición. Como director de la Fundació Tutelar Demà  ofrece este sábado la charla «Cómo acompañar a una persona con una enfermedad mental» en el Seminari de Ciutadella a las 10.30 horas, con motivo de la jornada mundial del enfermo. La fundación inició en Mallorca su servicio de atención tutelar y desde 2021 atiende en Menorca a 25 personas con trastornos mentales graves.

¿En qué consiste el servicio de atención tutelar?

—Es una medida de apoyo, tras un proceso judicial, a personas que no pueden ejercer su capacidad jurídica. Defendemos los intereses de estas personas, procuramos su salud y promovemos su autonomía, actuamos en los tres niveles. Nos encargamos, por ejemplo, de que vayan al médico y en general de que tengan la máxima autonomía y también actividad comunitaria. Es un servicio concertado con la Administración.

¿Cómo valora estos dos años de la Fundació Tutelar Demà en Menorca?

—Bueno, lo tendrían que valorar las personas que hemos ayudados pero podemos decir que tenemos historias de éxito. En el primer caso, un hombre, digamos Toni, con trastorno bipolar, que por el resultado de un brote había contraído muchas deudas y se había separado de su mujer y de su hija. Ahora ha recuperado la relación con ellas, se mantiene estable y sigue con el tratamiento. Y también María que había vivido más de 10    años ingresada en Sant Miquel y ahora vive en su casa o con su hija, va al centro de día y su estado anímico ha mejorado mucho. Otro caso, un hombre con discapacidad intelectual que ahora va al centro ocupacional La Florida de la Fundació per a persones amb Discapacitat de Menorca y está muy activo, más contento, se siente apoyado... Está transformado. A nivel personal han sido dos años muy intensos y muy gratificantes y he retomado viejas amistades y contacto con familiares.

¿Hay mucha demanda de este servicio en Menorca?

—Nos hemos encontrado, sobre todo en trastorno mental grave, que hay muchos casos de gente que sufre, de familias que sufren y un subconjunto de casos - que podemos calificar de epidemia -que es la patología dual, que es un trastorno mental asociado a consumo de tóxicos, sobre todo marihuana, pero también alcohol y otras sustancias. A veces, jóvenes que abusan de la marihuana y desarrollan un brote psicótico, no lo relacionan con la adicción y siguen consumiendo y el propio consumo refuerza el estado de paranoias, fobias y de malestar general. No hay recursos especializados para esta patología dual. Y ahora estamos encontrando casos que son «triples», trastorno mental, adicción al alcohol sobre todo y un deterioro cognitivo, debido al consumo. Personas mayores que puntúan muy bajo en dependencia y que, por otro lado, es necesario también que acepten la ayuda. El último caso, que ya está en trámites judiciales, es un señor que quiere conducir pero la policía le ha parado muchas veces borracho y él no es consciente de tener un problema porque tiene un trastorno de personalidad que le lleva a actuar como si fuera Supermán. Nos encontramos que la relación con las hijas estaba muy deteriorada porque ellas sufren y hacen lo posible pero el padre no cede y la única solución es ir al juez y decir que esta persona necesita ayuda. La situación a veces es delicada porque hay que convencerle de que necesita ayuda.

¿Cómo les llegan los casos?

—O bien de servicios sociales de Ciutadella, Alaior, Maó, Ferreries... O nos los derivan los servicios de salud o directamente por familiares que se han enterado de que existe esta fundación y nos piden ayuda. Y en un caso por el propio interesado, que alguien se lo recomendó.

¿Dispone la Fundació Tutelar Demà de un local en Menorca?

—No, bueno, acabamos de alquilar un garaje en Ferreries para tener documentos, pero nuestra intervención es de medio abierto, es decir que nos desplazamos al medio en el que se mueve esa persona e intentamos que no nos vea como parte del sistema sanitario psiquiátrico, que a veces se percibe como desagradable o represivo. Nos vemos en el domicilio o en su contexto. Intentamos también que puedan salir, sobre todo la gente mayor.

¿Qué trastornos mentales encuentran más frecuentemente en Menorca ahora que hemos pasado la pandemia?

—Debemos distinguir entre los trastornos en general y los graves. Los    trastornos mentales en general más comunes son los trastornos del estado de ánimo, una depresión, un momento de ansiedad, estrés, y son circunstanciales; si va bien, cuando se supera la situación de dificultad vital la persona se recupera. Otra cosa son los trastornos mentales graves que afectan a la vida y al entorno de la persona y son la esquizofrenia, el trastorno bipolar y sobre todo lo que ha crecido mucho son los trastornos de personalidad, el que llama más la atención es el trastorno de personalidad límite, que está asociado al consumo de tóxicos. Son personas que tienen dificultad para relacionarse de manera espontánea y que le echan la culpa de todo lo que les pasa a quien les intenta ayudar y acaban muy aisladas. En general el mayor problema del trastorno mental grave es el aislamiento social.

¿Cómo podemos ayudar  a una persona cercana que sufre depresión?

—Lo primero es acompañar, que no se sientan solas, que vean que alguien les apoya y después un acompañamiento ya más orientado pasa por ofrecerles alternativas, que vean que hay salidas. Una depresión grave puede llevar a un suicidio o intento de suicidio, porque se sienten desesperados, así que hay que mostrarles que hay salida. Y también motivar a estar activo, pasear, sacarlo. La actividad física, la intensa especialmente, hace segregar catecolaminas que nos hacen sentir mejor. Así que hay que acompañar con cariño pero con exigencia también, para que se den cambios al ritmo que sea, aunque sea lentamente.

¿Cómo valora los recursos de salud mental existentes en Menorca?

—Muy mejorables. Hubo un suicidio de una persona en Menorca que no hacía ni un mes que había salido de la unidad de subagudos de Mallorca y el médico que le dio el alta era consciente del alto riesgo de suicidio, pero los profesionales a veces no tienen recursos suficientes. Y el problema del suicidio es una emergencia social y no hay la respuesta que haría falta.