Placas solares instaladas en unos apartamentos de Menorca | Gemma Andreu

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Los instaladores de sistemas de generación de energía fotovoltaica padecen la escasez de materiales, especialmente electrónicos, como convertidores o baterías.Esto se traduce en retrasos de hasta seis meses en los suministros, lo cual prolonga los tiempos más allá de lo previsto.

Ricardo Lluch, presidente de la Asociación de Empresas de Instalaciones Eléctricas y de Telecomunicaciones de Menorca (Aseime), confirma esta situación, aunque «depende mucho de la marca y del distribuidor».

«Hay más demanda que oferta» y «no siempre puedes instalar la marca que quieres», por «el problema que hay de estocs», apunta Lluch, quien lo asemeja a lo que ocurre en otros sectores. «También sucede con los coches nuevos, dan plazos de entrega de hasta un año».

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Sin plazos de entrega

Algunos instaladores indican, incluso, que «hay fabricantes, y conocidos, que ni siquiera te dan un plazo de entrega, te dicen que no saben cuando te lo podrán enviar». Lo asegura Miquel Febrer, instalador de Energia Menorca que comprueba la falta de «inversores, baterías y pequeños accesorios».

«Depende de lo que necesites y de que tengas suerte» y en el momento del pedido haya unidades disponibles. «Algunas entregas llegan con medio año de retraso», confirma también Febrer, quien sitúa en la pandemia el inicio de esta crisis de materiales, la cual «arrastramos» en todo lo referido a los chips electrónicos.

Eso es, añade el técnico, por «la dependencia de las producciones en Asia», que se suma al boom de las energías renovables (tanto en proyectos privados como públicos), y al encarecimiento sustancial que la factura de la luz.

Ricardo Lluch considera que esta situación recomienda planificar bien los trabajos, algo en lo que coincide Febrer. «En el momento que el cliente nos confirma el proyecto, ya hacemos el pedido y si hace falta lo guardamos en el almacén» hasta que se puede llevar a cabo la instalación.