Un coche en el punto de recarga de Es Born. | Josep Bagur Gomila

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El PP ha acusado al equipo de gobierno del Consell de Menorca de crear problemas «donde no los hay», tras el anuncio por parte de la consellera de Movilidad de declarar la isla como zona de bajas emisiones.

El conseller insular Adolfo Vilafranca considera que la intención de la institución menorquina es «una de las contaminaciones ideológicas con las que el Consell somete a los ciudadanos», explica la formación en una nota.

Para el PP, esta medida es «innecesaria y precipitada» y se ha hecho sin calcular las consecuencias que puede suponer para las economías domésticas.

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De llegar a aplicarse, advierten, sería «especialmente perjudicial» para los sectores sociales que tienen más dificultades para renovar sus vehículos. «No sabemos si la intención real es reservar el acceso a zonas naturales a las élites, si quiere penalizar a las personas que necesitar su vehículo para ir a trabajar restringiendo posibilidades de frecuentar los aparcamientos en zona urbanas o si es crear un cúmulo de chatarra inoperativa que la isla no puede absorber de golpe», ha señalado.

Por otro lado, ve contradictorio que la consellera remita a un elevado porcentaje de la flota automovilística a abastecerse de baterías eléctricas, cuando el Consell ha sido incapaz de desplegar una red suficiente como para suministrar a los vehículos eléctricos e híbridos ya en circulación.

Además, acusa a Més per Menorca de imponer su criterio al resto de partidos que forman el gobierno insular (PSOE y Unidas Podemos) «cueste lo que cueste, pese a quien le pese».

Respecto al coste que supondría la medida, Vilafranca ha reprochado la falta de estudios de impacto económico y la ausencia total de consideración hacia los residentes que cada vez «están más hartos de políticas taxativas, de ordeno y mando, que afectan a los bolsillos de los contribuyentes y que ni pronostican ninguna mejora para el medio ambiente».