La empresa teme que, durante meses, queden sin servicio numerosos clientes. | Josep Bagur Gomila

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A últimos de febrero concluirá, si un juez no lo impide, la trayectoria de Astilleros Llompart como gestor del varadero del puerto de Ciutadella. Y es que Ports de les Illes Balears «nos obliga» a despejar las instalaciones, aun cuando no se ha dilucidado todavía el contencioso- administrativo interpuesto por la empresa contra la adjudicación del servicio a Marina Seca Port.

En mayo del año pasado, el organismo dependiente del Govern que gestiona los puertos autonómicos señaló que, «por prudencia», no pedirían la ejecución de la concesión a favor de Marina Seca hasta que hubiera una sentencia firme. De hecho, el último verano, Astilleros Llompart siguió trabajando en el puerto de Ciutadella, pero los últimos meses, y sin que haya avanzado el proceso judicial, «han cambiado de criterio y nos han pedido varias veces que salgamos».

¿Sin servicio?

«Pedimos que nos dieran tiempo hasta finales de febrero, para retirarnos ordenadamente», exponía ayer Jaume Llompart, quien lamentaba que «están acabando con cincuenta años de trabajo» de una empresa constituida en 1973.

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El mayor inconveniente, según Llompart, es que «no sabemos qué pasará» hasta conocer como acaba el contencioso. «Quedan allí un montón de barcas en proceso de reparación», que Ports «deberá atender». Porque, recuerda, «nosotros teníamos la exclusividad del servicio de varadero y de botaduras, pero luego, cualquier empresa náutica o mecánicos» puede trabajar, allí mismo, en las reparaciones que correspondan.

«Se están cargando la temporada de pesca, porque los pescadores no podrán tener las barcas a punto», señalaba Llompart, quien confía en poder seguir realizando sus trabajos pendientes.

Por su parte, Higinio Aldaz, gerente de Marina Seca, aseguraba ayer que «no nos han comunicado nada», con relación a que puedan, o no, instalarse en el varadero.