El abogado de la familia, entrando en el Cementeri Vell, cuiya entrada está custodiada por la Policía Local. | Josep Bagur Gomila

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La exhumación para dirimir la herencia de José María de Olivar Despujol se ha realizado la mañana de este viernes ante una gran expectación mediática. La comitiva judicial ha llegado al Cementeri Vell poco antes de las 11 horas con el objetivo de tomar muestras de los padres del noble, Carlos de Olivar y Olives y María del Pilar Despujol Pou, para posteriormente cotejarlas con el ADN de la demandante, una malagueña de 75 años que asegura que es su hija, y, por tanto, legítima heredera de los bienes. Podría aspirar al 25 por ciento de la masa hereditaria que se calcula en 40 millones de euros.

La comitiva judicial estuvo encabezada por el juez del Juzgado de Instrucción número 1 de Ciutadella, Juan Pablo Molina, acompañado por el secretario judicial, el fiscal Iñigo Gorostiza, las forenses Gemma Guitart y Jessica Abadías, además del abogado de la familia José Antonio García y el de la demandante, Fernando Osuna.

La comitiva judicial a su llegada al Cementeri Vell.

La exhumación ha durado una hora. Dos forenses, el secretario y un operario del cementerio han bajado en la tumba del panteón familiar, situado a tres metros bajo tierra, desde donde han subido los ataúdes y una vez arriba se ha procedido a la extracción de las muestras, procedentes del fémur y de otros restos óseos. Pasado el mediodía la comitiva judicial abandonaba el cementerio.

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Ahora las muestras serán remitidas al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Barcelona para que sean analizadas. Se calcula que en un par de meses puede haber el informe que determine si la demandante es hija de José María de Olivar, y en función de este el juez decidirá si convoca juicio oral.

El juez ha ordenado que, para garantizar la privacidad de la familia, los medios no puedan entrar en el cementerio, cuya entrada está custodiada por la Policía Local. Sí que lo pueden hacer los usuarios particulares, siempre y cuando no se acerquen a menos de 25 metros del panteón de la familia De Olivar.

La exhumación ha levantado enorme expectación mediática.

José María de Olivar Despujol falleció el 19 de febrero de 2018 sin descendencia y sus dos sobrinos fueron quien legaron la herencia. La mujer que dice ser su hija biológica, fruto de un noviazgo de este con su madre en los años 40, presentó una demanda para requerir su parte de la herencia, de un patrimonio que se calcula que puede ascender a 40 millones de euros. Ante la negativa de los sobrinos de cotejar su ADN con el de la demandante y la imposibilidad de tomar muestras a los restos de José María de Olivar Despujol, ya que fue incinerado, el juez ordenó la exhumación de los supuestos abuelos de la demandante.