Pere Alzina este jueves, en su domicilio de Alaior | Gemma Andreu

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Autor entre otros libros de «La realitat educativa a Menorca» publicado por Lleonard Muntaner Editor, el alaiorenc Pere Alzina ha estudiado, trabajado y escrito sobre las claves  de la educación tanto en la sociedad digital en la que vivimos como en la España rural de hace 80 años. De los libros, los cuadernos de papel y los lápices a la pizarra digital con infografías, la tablet y la Inteligencia Artificial, los programas de Educación  del Ministerio y la Conselleria del ramo se van adaptando con menor o mayor acierto. Alzina, maestro y pedagogo, ofrece este viernes a las 19 horas, en Ca n’Oliver de Maó, una charla sobre  «Las Misiones pedagógicas, 1931-1936» incluida en la exposición del mismo nombre abierta hasta el 9 de abril.

¿Qué temas abordará sobre las Misiones pedagógicas de los años 1931-36 en España?

—Por un lado, la dura realidad social, económica, cultural y educativa del Estado español en 1931 –año de la proclamación de la República–, que impulsó la necesidad de hacer llegar a cualquier rincón, por pequeño y aislado que estuviera, los fundamentos básicos de la cultura española y europea. Por otro lado, decir que las Misiones pedagógicas no llegaron a Menorca pero sí llegaron al menos a 18 de sus bibliotecas,    que repartieron en las escuelas de la Isla unos 1.800 libros. Las Misiones llegaron a zonas rurales donde no había llegado aún la luz eléctrica, ni habían visto algunos un motor de combustión. LLevaban un cinematógrafo con sonido y la gente se asustaba de ver personas proyectadas en la pantalla porque desconocían aquel invento. Esto se ve en la exposición.

El Govern implementará en los próximos 16 meses    5.520 aulas digitales ¿Qué debemos tener en cuenta con las TIC (Tecnologías de la Información ) y las TAC (Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento)?

—Tenemos que acercar los medios técnicos como hicieron las misiones pedagógicas con el cinematógrafo, el teatro... pero sin olvidar en ningún momento que lo que proporcionan las herramientas, por ejemplo las digitales, es acercar el conocimiento. Si las herramientas en sí se convierten en objetivos de aprendizaje –como las aulas de informática de hace 20 años donde se enseñaba Word u Office–, la enseñanza no está bien encaminada. Tengo que ir a clase para aprender a escribir bien, no ir a clase de ninguna app. Si convertimos toda la digitalización en la necesidad de aprender a emplear las herramientas para llegar a un conocimiento mejor y no acabamos llegando a ese conocimiento, no habremos llegado a nada.

¿Qué misión tiene la enseñanza teniendo ya todo el conocimiento a un solo clic?

— El objetivo de la educación de hoy en día, como ya tenemos el acceso a la información, sería    aprender a relacionarla y organizarla y convertirla en conocimiento. El conocimiento es cuando yo entiendo una cosa y la puedo explicar con mis palabras. Y luego se puede buscar la sabiduría, que es el conocimiento con las limitaciones éticas de favorecer el bienestar universal y no lo contrario. Si las herramientas digitales nos ayudan a conseguir esto ¡adelante! si no, alguna cosa estamos haciendo mal.

¿Cuál es el papel de los docentes dentro del aula digital?

—Es fundamental. Y su formación también. Hace ya 30 años todos los movimientos de renovación pedagógica defendíamos  constituir un cuerpo único de educadores con una carrera de 6 años: 3 sobre los contenidos como    física, química, psicología... con contenidos actualizados. Y luego 3 años más de didáctica y pedagogía infantil para ser maestro de Infantil, o 3 años de pedagogía para alumnos de Primaria o de Secundaria. Los profesores de 0 a 3 años tienen que estar igual de bien preparados que los de Secundaria o Bachillerato.

¿Cómo debería ser la participación  del alumno en clase?

—Ese es uno de los retos más difíciles que tenemos en la educación y necesitamos de la colaboración social, la escuela sola no puede. Los chavales lo que han de hacer es autogestionar su tiempo pero eso se tiene que enseñar y eso se aprende. Gestionar el tiempo es muy importante. Por mucho que me guste algo no puedo estar 14 horas al día haciendo lo mismo, porque es contraproducente para mi salud psíquica y para el propio conocimiento. No es posible. Si alguien está seis horas seguidas mirando una pantalla y persiguiendo extraterrestres o matando pokemon o lo que sea, se lo tiene que hacer mirar.

¿Qué opina sobre utilizar el ChatGPT (Inteligencia Artificial) para hacer los deberes?

—Todo son avances interesantes si se usan del modo adecuado. Si el ChatGPT es capaz de hacer un trabajo del instituto es porque está mal planteado. Como una reseña de un libro que hemos hecho centenares de veces y no recordamos nada.