Bolsa llena de orugas en Cala Llonga | Gemma Andreu

TW
7

La escasez de lluvias y las altas temperaturas están provocando que las orugas procesionarias del pino adelanten su presencia este año. Zonas urbanas, jardines, parques y explotaciones forestales en las que predominan pinares afectados por esta plaga están viendo desde hace unas semanas cómo las orugas bajan de los nidos con forma de bolsas de seda que cuelgan de los árboles y se desplazan de forma alineada en sus características ‘procesiones’, un hecho que normalmente ocurre en marzo, coincidiendo con el inicio de la primavera.

En algunas zonas de la Isla ya se ha procedido a eliminar estas bolsas de seda para evitar que las orugas proliferen. Es el caso de Sant Lluís, que hace dos semanas organizó una batida con cazadores voluntarios que, provistos con escopetas y una munición de 2.000 cartuchos, dispararon a los nidos de la procesionaria, que se han reducido en el municipio en comparación con años anteriores. En otras localidades, como Cala Llonga y Canutells, se acumulan quejas vecinales por la gran presencia de orugas y la falta de actuaciones para combatirlas.

Los apartamentos de Cala Llonga entre pinos | Gemma Andreu

Se trata de dos entornos urbanizados que han quedado fuera del contrato de jardinería que adjudica el Ayuntamiento de Maó, en el que se incluyen procedimientos para erradicar la plaga. La concejal de Medio Ambiente, Conxa Juanola, reconoció en el último pleno municipal que se prevé incluirlos en próximas ocasiones y que se estudiará la posibilidad de retirar de forma manual las bolsas y orugas que ya desfilan por el suelo. «Constituyen una plaga con altibajos y este año es uno de los que más hay», afirmó Juanola.

Actuación en áreas infantiles

Otras zonas de Maó en las que sí se ha actuado son parques y jardines, sobre todo, áreas infantiles y escolares, «libres de esta plaga», informó Conxa Juanola, que añadió que, desde 2017, el Ayuntamiento efectúa el tratamiento preventivo con endoterapia en los pinos para eliminar la oruga procesionaria. Con este método, que consiste en la inyección de un biocida que llega a las hojas de las que se alimenta el insecto, se han tratado 292 árboles en 2022,  en su mayoría pinos, con un coste de 17 euros por unidad.

El Consistorio de Maó también invierte en trampas que contienen feromonas para atraer a los machos en fase de mariposa antes de que fecunden a las hembras y en métodos manuales.

Nivel de afectación alto

En el resto de municipios de la Isla la presencia de procesionaria ha ido in crescendo en los últimos años. De acuerdo con el último mapa de afectación para el seguimiento de la plaga que elabora el Servicio de Sanidad Forestal, publicado el 28 de noviembre de 2022, en Menorca predominan los niveles 3 y 4, en algunos casos, el máximo, el 5, con una fuerte incidencia en Es Mercadal.

El apunte

La Conselleria no fumiga desde 2019 y prioriza otros métodos

El Servicio de Sanidad Forestal de la Conselleria balear de Medio Ambiente actúa en las zonas forestales afectadas por la plaga de la procesionaria. Durante años ha impulsado campañas de fumigación aérea para controlar las explosiones demográficas de la oruga.

Sin embargo, explican desde la Conselleria, la última se efectuó en 2019. Se trata de un método que tiene un rechazo social y ecológico importante que, además, se ha mostrado ineficaz contra la plaga, por lo que desde el Servicio de Sanidad Forestal se priorizan otras actuaciones de control integral.

Ejemplo de ello son la colocación de cajas nido y cajas refugio para murciélagos (depredadores naturales), los tratamientos terrestres en áreas recreativas y fincas públicas y la eliminación de los nidos.