El director general del Govern Pep Malagrava intervino en el Blue Forum de Rotterdam el junio pasado. | CAIB

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El Govern balear ha trabajado en la búsqueda de inversores para poner en marcha parques eólicos marinos cuyas expectativas ha confirmado ahora la aprobación del Plan de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM). Pero o no ha contado con el Consell de Menorca, cuyo litoral es el único de Balears incluido en ese plan, o la institución menorquina ha preferido limitarse a volcar sus planes en la Estrategia Menorca 2030 para la descarbonización de la Isla.

En este documento, que sirve de guía sobre las alternativas energéticas, no aparece mención alguna a la eólica marina. Se contempla solo una producción de 16,5 MWh de eólica, 10 de los cuales provendrán de la repotenciación del parque actual de Milà. La Estrategia Menorca 2030 apuesta mucho más por la fotovoltaica.

El camino para abordar la transformación energética aparece, por tanto, como un punto más de desencuentro entre Unidas Podemos, que gestiona la Conselleria balear de Transición Energética, y cuenta más con la eólica, con los dos partidos de Més de Mallorca y Menorca, que apuestan más por la solar.

«Ha de valorarse el esfuerzo del Gobierno central para ordenar los espacios marítimos y establecer dónde pueden instalarse los parques teniendo en cuenta siempre la biodiversidad como elemento clave de protección», declara el director general de Energía, Pep Malagrava. «La parte nordeste de Menorca es la que más potencial presenta y estamos satisfechos de que así se recoja».

Rotterdam y Madrid

Yllanes y su equipo han buscado inversores en los dos últimos años. En junio participaron en Rotterdam (Países Bajos) en el Blue Forum, un encuentro internacional para promover el uso sostenible del medio ambiente en el sector marítimo incluyendo transprote y energía. La idea principal era «estudiar las posibilidades de la energía eólica marina en las Islas, poner Balears en el mapa y que se fijen en nosotros y en nuestro trabajo», palabras pronunciadas entonces por el conseller.

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Dos meses antes ya había solicitado a la Secretaría de Estado de Energía y Medio Ambiente, que explorara otras áreas del Mar Balear además de la zona nordesde de Menorca. «No es deseable basar toda la transición energética en la implantanción de la fotovoltaica por las implicaciones que tiene en consumo de territorio», argumentó Yllanes.

«Ha de valorarse el esfuerzo del Gobierno central para ordenar los espacios marítimos y establecer dónde pueden instalarse los parques teniendo en cuenta siempre la biodiversidad como elemento clave de protección», agrega ahora Malagrava.

No hay todavía ningún proyecto, «pero sí hay varias empresas que se han interesado. Es pronto para saber cuando podría haber los primeros parques en funcionamiento, en los próximos meses y años se darán los primeros pasos, que habrán de tener un necesario control del Gobierno central con la colaboración del autonómico para que sean una realidad», explica.

Impacto ambiental

El impacto derivado de estos parques eólicos marinos flotantes «se centra en el lugar en el que vierte la energía, el enlace que ha de haber entre la turbina o turbinas y el lugar de contacto en tierra, como el enlace entre dos islas», señala Malagrava.

El Govern no tenía ningún proyecto en marcha ni planeado, «lo único que queríamos y pedimos, y el Ministerio ha sido sensible, es que se estudiara el potencial balear. Como comunidad insular, hemos de maximizar los espacios terrestres pero también hemos de mirar al mar para generar energía renovable», concluye.