La caldera fue instalada en el skatepark, entre la escoleta y el CEIP Sant Lluís. | Gemma Andreu

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La caldera de biomasa de Sant Lluís, en el skatepark, entre la escoleta y el CEIP Sant Lluís para proporcionar la calefacción a ambos centros educativos, permanece sin funcionar desde el inicio del invierno de 2021, apenas dos años y medio después de su inauguración, en febrero de 2019, sin que se sepa si podrá repararse o deberá ser sustituida, ha admitido el Ayuntamiento. Su instalación requirió una inversión de 104.730 euros públicos.

Una avería de origen eléctrico que afectó a las placas de control impide que se pueda accionar. Además, a esta fatal contingencia se sumaron otros problemas mecánicos relacionados con los motores. Por este motivo ambos centros de educación, entre las calles D’Allemand y Sant Jacint, han tenido que volver a activar desde entonces los sistemas de calor con energías sucias, el depósito de GLP, la escoleta, y con el de gasoil, el CEIP, como hacían antes.

Problemas desde el principio

Es la consecuencia negativa final de una instalación que no ha ofrecido el rendimiento esperado ni siquiera antes de que sufriera el percance que la mantiene inoperativa. Al contrario, su funcionamiento durante los dos primeros años se interrumpió en diversas ocasiones por contratiempos que sí pudieron ser reparados por el servicio de mantenimiento pero no para normalizar un funcionamiento regular con el propósito con el que el Ayuntamiento la adquirió.

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El equipo de gobierno que preside Carol Marqués atribuye, en gran parte, a la mala fortuna la situación generada con esta fuente de energía. La quiebra de la empresa valenciana que instaló la caldera de biomasa de 150 kilovatios durante este tiempo ha dejado sin asistencia técnica al Ayuntamiento para proceder a su reparación, a pesar de que todavía se haya incluida en los cinco años de garantía que contemplaba el contrato. Tampoco dispone del soporte del fabricante.

La quiebra de la empresa que la instaló en 2019 y la falta de asistencia técnica en la Isla la mantiene en desuso después de continuos problemas

El equipo de gobierno, por ahora, no ha hallado una solución para recuperar esta unidad de generación de energía prefabricada, a base de astillas. «Queremos que vuelva a funcionar», ha señalado la alcaldesa, aunque admite, como indican desde el área de comunicación, que la solución no es sencilla. Se tiene que estudiar a fondo y ver la opciones técnicas antes de decidir el camino a seguir, señalan las mismas fuentes.

La opción de reemplazarla

Por el momento el Ayuntamiento trabaja en la búsqueda de alguna subvención a la que acogerse, ya que normalmente las ayudas de este tipo solo se aplican para instalaciones nuevas. Esta permitiría poder reemplazar la caldera actual o alguno de sus elementos y conseguir que vuelva a ser operativa.

La caldera de biomasa de Sant Lluís fue pionera en el Archipiélago, una iniciativa novedosa que debía permitir un ahorro económico al Ayuntamiento, dado el coste menor de las astillas que se consumen y el mantenimiento, además de eliminar la contaminación profvocada por el gasoil y el gas licuado del petróleo (GLP).

El apunte

Una inversión de 104.730 euros que fue decidida en los presupuestos participativos

La adquisición de la caldera de biomasa de Sant Lluís se decidió en los presupuestos participativos del municipio, en 2017. Por tanto fueron los residentes quienes apostaron por esta fuente de energía que debía dar un servicio al Colegio Público y a la Escoleta. Su ubicación, en un rincón del skatepark, ya generó críticas de la oposición que posteriormente arreciaron por el retraso en la puesta en marcha de la máquina hasta febrero de 2019 y su primera avería, apenas dos meses después.

Al tratarse de un sistema pionero para un centro escolar en Balears, el servicio técnico en el Archipiélago se hallaba muy limitado por la falta de formación. La quiebra de la empresa valenciana que ganó la licitación para instalarla ha incidido en la situación actual sin que el Ayuntamiento sepa qué camino tomar.

La caldera de 150 kilowatios debía suponer un coste anual de 7.664 euros, casi la mitad correspondiente a su mantenimiento. El coste de la calefacción con gasoil y CLP, era en 2017 de 10.746 euros, con 864 incluidos de mantenimiento por lo que el ahorro debía haber sido, al menos, de 3.000 euros al año.