Más de 80 expositores pueden visitarse en la feria | Josep Bagur Gomila

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Dedican la mayor parte de las horas de un día a mantener el campo, a alimentar las raíces de la tierra y a garantizar la continuidad de las explotaciones ganaderas. Carme, Joan, Guillem… Son solo algunos de los nombres que se esconden detrás de los protagonistas del sector primario, de la agricultura y ganadería que, a lo largo de tantos años, han configurado el paisaje y la biodiversidad de Menorca. Todos ellos fueron ayer homenajeados en la tradicional Fira del Camp de Alaior, la mayor feria de esta tipología de Balears.

Público de todas las edades, de norte a sur y de este a oeste de la Isla, incluso algún que otro visitante, contribuyó a que este evento, que se desarrolló en el polígono industrial La Trotxa, se convirtiera en una gran y animada fiesta de la payesía menorquina. Más de 80 expositores con productos de todo tipo, desde quesos y embutidos hasta maquinaria y herramientas para trabajar en el campo, así como actuaciones musicales y diferentes exhibiciones acapararon, desde bien entrada la mañana, la atención de todos aquellos que asistieron a la Fira, que se celebró en un espacio de 10.400 metros cuadrados alrededor de la nave municipal.

Apoyo al sector

«Nos encanta, nos juntamos todos los menorquines, pocas cosas hay aquí que logren esto, ni las fiestas de Ciutadella», bromearon ayer Judith y Jaume, una pareja de amigos veinteañeros que acudieron al evento. «Es una oportunidad para conocer nuevas marcas que ofrecen producto local y apoyarlas», defendieron, al mismo tiempo que argumentaron que «el sector agrícola y ganadero no lo está pasando bien, los trabajadores tienen una vida muy sacrificada y su actividad y responsabilidad debería estar más valorada a nivel social».

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Una realidad que corroboró l’amo de Mussuptà de Baix, Guillem Pons, cuando afirmó que «aunque la situación ha mejorado este año, no es suficiente porque sigue habiendo sobrecostes». Una dificultad añadida, reconoció, que promueve que muchos jóvenes no quieran trabajar en el campo. Aunque hay casos excepcionales, como el suyo. A sus 24 años, Guillem Pons ya gestiona la finca familiar en Sant Climent, donde se hace cargo de unas cuarenta vacas para producir leche. «Es el lloc de mi familia, es lo que he vivido siempre», dijo con orgullo.

Producto local

La Fira del Camp se convirtió, también, en un gran escaparate del producto local de Menorca. Quesos, embutidos, frutas, verduras y aceite, entre otros, demostraron a los visitantes cuál es el auténtico sabor menorquín. «Es una ocasión muy buena para vender y dar a conocer nuestros productos, además, la gente valora la compra directa que puede hacer aquí», explicó Carme Bosch, de la finca S’Ullastrar de Ciutadella, que ayer vendía en uno de los expositores los productos en los que están especializados, queso y cacahuetes, además de otros, como espárragos, limones y patatas.

«Nos sentimos apoyados, influyen las ayudas y la promoción que se da desde las administraciones», confesó Carme Bosch, unas palabras que repitió Joan Pons, l’amo de Alcaidusset, en el término municipal de Maó, que hace más de dos décadas que participa en la Fira y que ayer vendía queso, sobrasada y huevos en otro de los expositores. «Las ayudas siempre son positivas, pero pasa mucho tiempo desde que se piden hasta que se conceden», reconoció.

La Fira del Camp de Alaior permanecerá abierta este domingo, de 10 a 15 horas.