Personas del programa de ocupación de Caritas desempeñando labores en el taller de carpintería.

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Caritas Diocesana de Menorca ha dado a conocer este jueves el Informe de Economía Solidaria 2022. En él se han volcado los datos relativos a las acciones que se llevaron a cabo en los servicios de ocupación y economía social de Caritas durante el año pasado. Según el mismo, casi 800 personas en situación de vulnerabilidad, unas 788, recibieron orientación y formación laboral para mejorar sus capacidades y ampliar sus oportunidades en la búsqueda de empleo. De ellas, unas 225 personas consiguieron acceder a un puesto de trabajo, lo que supone casi el 30 por ciento del total de participantes. Se trata de unos datos más altos que los registrados en 2021, cuando 757 personas fueron atendidas en los mismos servicios y tan sólo 162, el 21 por ciento, consiguió un empleo.

«Los resultados de este año revelan la necesidad imperiosa que sigue habiendo para acceder a un puesto de trabajo más o menos estable y la precariedad laboral que vivimos, porque en la actualidad tener empleo no es sinónimo de tener estabilidad económica», ha afirmado Guillem Ferrer, secretario general de Caritas Diocesana de Menorca, durante la presentación del informe. Para combatir esta realidad, ha explicado Mar Pons, coordinadora del programa de inclusión social y ocupación de la entidad, se impulsaron durante 2022 acciones relativas a la orientación y la intermediación laboral, a los talleres prelaborales y programas de formación, así como a los itinerarios con contratos de inserción. Acciones de ocupación para las cuales se destinaron un total de 116.891,79 euros y otros 1.651.238,44 euros para programas de economía solidaria.

Mar Pons, Guillem Ferrer y Antoni Aguiló este miércoles por la mañana en la presentación del Informe.
Mar Pons, Guillem Ferrer y Antoni Aguiló este jueves por la mañana en la presentación del informe | Gemma Andreu

Perfil de las personas atendidas

En cuanto al perfil de las 788 personas atendidas por los servicios de ocupación y economía social de Caritas Diocesana de Menorca, más del 65 por ciento, unas 516, eran mujeres, mientras que el resto, 272, eran hombres. Prácticamente la mitad eran usuarios jóvenes, de entre 25 y 35 años, o de más de 45 años que se encontraban en la última etapa de la vida laboral. Respecto a la nacionalidad, la mayoría eran extranjeros, sobre todo originarios de Latinoamérica, de países como Colombia o Venezuela, y muchos se encontraban en situación irregular. Únicamente 180 eran españoles.

Antoni Aguiló, coordinador de los proyectos de economía social de Caritas Diocesana de Menorca, ha destacado que, del total de personas atendidas, 33 realizaron itinerarios con contrato de inserción y ocho accedieron finalmente a un contrato en el mercado laboral convencional. Aguiló ha recordado que a través de estos programas los usuarios mejoran su ocupabilidad en un entorno real de producción, desarrollando competencias laborales y personales. En este sentido, el objetivo, ha insistido, «es formar y capacitar a las personas para que encuentren un puesto de trabajo en el mercado laboral, especialmente en aquellos sectores en los que la mano de obra es muy escasa y necesaria, como la hostelería, restauración o carpintería».