Los hermanos Lluís y Marianna han vivido desde pequeños el crecimiento de la empresa. | Katerina Pu

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Lluís Triay Amorós (37) y su hermana Marianna (33) han crecido con la cultura del esfuerzo de sus padres Sebastià y Antònia, que de la nada han levantado uno de los principales grupos hoteleros menorquines, con 7 hoteles, 30 villas turísticas y 3 complejos de apartamentos, con 250 trabajadores en temporada y una facturación de unos 15 millones de euros. Representan la nueva generación que gestiona este importante negocio. Afirman que los dos, como directores generales del grupo, se complementan perfectamente y respetan la función y las decisiones del otro. Lluís, tiene el grado superior de Gestión de Alojamientos turísticos y se ha especializado en marketing. A los 14 años aprendía como ayudante de camarero. Se formó en Mallorca, Granada,. Alemania y Austria. Marianna está graduada en Derecho y ha completado un máster en Asesoría Jurídica de la Empresa.

A Lluís le gusta recorrer los hoteles en la operativa diaria, planteando mejoras comerciales y de promoción. Marianna está más en la oficina con tareas de gestión. Sus padres nunca están lejos, como saben todos aquellos que les conocen. Mañana serán ponentes en el Foro Banca March de Empresa Familiar en Es Mercadal.

¿Cómo se vive la cultura de empresa en el seno de su familia?

Marianna: Nuestra cultura de empresa siempre ha ido muy en línea con la familia. Los valores de la familia se han trasmitido también a la empresa. Creo que es algo inevitable, el negocio, sin quererlo, adquiere, en gran parte, las características de quiénes lo dirigen.    Tanto en la empresa como en la familia es básica la confianza. A Lluís y a mí nos gusta decir que entre los dos nos complementamos laboralmente, lo que nos ayuda a gestionar la empresa con mayor facilidad y a encontrar un equilibrio. Y en este sentido la confianza es fundamental, aunque muchas decisiones las tomamos entre los dos, procuramos no poner en duda aquellas que ha tomado cada uno.   

Sus padres han sido emprendedores y luchadores para levantar uno de los grupos hoteleros más importantes de Menorca. ¿Cómo ven ese trabajo de tantos años?

Marianna: Valoramos mucho el esfuerzo que han hecho nuestros padres a lo largo de estos cuarenta años y esto nos ha enseñado el sacrificio que conlleva emprender un negocio desde cero. Nos consideramos muy afortunados y agradecidos por poder continuar con un grupo de empresas ya consolidado y somos conscientes de que el trabajo hecho por nuestros padres nos ha facilitado muchas cosas.

¿Cómo se realiza la incorporación de la nueva generación y el traspaso de la gestión? ¿Cuentan con un protocolo?

Marianna: La verdad es que no contamos con ningún protocolo. Nuestra incorporación ha ido teniendo lugar de forma natural. Desde pequeños hemos estado en los hoteles, sentimos que nos hemos criado en ellos como una cosa positiva, hemos visto cómo trabajan nuestros padres y cómo funciona el negocio. Y sin darte cuenta ya vas aprendiendo muchas cosas. Empezamos de jovencitos trabajando los veranos en los hoteles, hemos pasado por diferentes departamentos del negocio, y «poc a poquet» hemos ido adquiriendo responsabilidades hasta llegar a gestionar la empresa a día de hoy. Para nuestros padres era importante inculcarnos que la gestión del negocio es una responsabilidad muy grande y esto implicaba que teníamos que adquirir unos ciertos valores previamente. Por ello, la importancia de haber trabajado ya mientras estudiábamos, o de que Joan, nuestro otro hermano también trabaje en el negocio. Ya no solo ves el negocio como empresario, sino también como trabajador y todo esto te enriquece y facilita la gestión.    Ha sido una evolución de años, no siempre fácil. Alzar una empresa desde cero conlleva un sacrificio muy grande y es por ello que el traspaso de gestión puede llegar a costar. Es algo que se debe hacer paulatinamente.

Sus padres tenían unos retos y ustedes posiblemente otros, porque las épocas son distintas. ¿Cuáles son los suyos?

Lluís: tenemos retos bastante comunes, el principal ahora mismo es conseguir desestacionalizar la temporada turística y poder ofrecer más meses de trabajo a nuestros equipos. Conjuntamente con la Asociación Hotelera de Menorca y el Consell de Menorca, estamos trabajando muy duro para conseguirlo. Como menorquines y amantes de nuestra Isla, para nosotros es muy importante conseguir que nuestra empresa cada vez sea más sostenible y deje el menor impacto ambiental, poco a poco lo vamos consiguiendo, por ejemplo este año 3 de nuestros establecimientos han conseguido la certificación ambiental ISO 14001 y nuestra idea es de cara a la temporada que viene seguir con el resto del grupo.

¿Cuáles son los valores y los inconvenientes que aprecian en una empresa familiar?

Lluís: Los valores son infinitos, pero considero que lo más importante es poder compartir tanto tiempo con mi familia y equipo, esto hace que te sientas siempre arropado y apoyado. Conjuntamente conseguimos cosas que a veces a uno le parecen imposibles.   

Marianna: Y aunque los pros de nuestra empresa familiar son mayoría, es cierto que no siempre es fácil separar lo que es familia y lo que es trabajo y tampoco es sencillo no llevarte el trabajo a casa. Aunque a lo largo de los años hemos intentando hacer un trabajo personal cada uno de nosotros para intentar tener claro que lo que pasa en el trabajo, allí se queda y no tiene que traspasar al plano familiar.    En esta línea, nos propusimos, hace ya unos años, no hablar de trabajo en las comidas o salidas familiares, también por una cuestión de desconexión mental.   

A veces el sector turístico no tiene una valoración social muy positiva. ¿Les costó a ustedes incorporarse a esta actividad? ¿Nunca han pensado dedicarse a otra cosa?

Marianna: Yo, por mi parte, estando en Bachillerato, no tenía claro si quería dedicarme al turismo. Realmente, no sabía a lo que me quería dedicar, creo que es una etapa por la que pasamos muchos jóvenes. Después de hablarlo en casa, decidí que sí quería seguir con el negocio, aunque tenía claro que, después de los veranos trabajando de cara al público, lo mío era estar «a la sombra» y por eso me decanté por estudiar Derecho.

Lluís: El turismo ha sido siempre mi vida, nací en el Hostal Ciutadella, nuestra casa estaba ubicada en la tercera planta del establecimiento y algunas noches la vivienda hacía de servicio de recepción 24 horas. Sinceramente siempre he trabajado en hoteles y nunca me he planteado hacer otra cosa, me encanta pasar el día a día dentro de nuestros hoteles.

¿Cómo se transmite la cultura de una empresa familiar a sus equipos de personal?

Lluís: Buena pregunta, para nosotros la cultura familiar es parte del ADN de la empresa, es algo que sucede de forma natural. Nuestros padres siempre nos han enseñado que lo más importante es hacer siempre las cosas con mucha humildad, no dejar nunca de aprender y apoyar día a día en todo lo que podemos. Todo esto es gracias a nuestro equipo humano el cual está formado por bellas personas que llevan muchos años formando parte de esta gran familia, ellos son los principales responsables de transmitir estos valores a los nuevos miembros ya que conocen mejor que nadie la filosofía de empresa.